Page 130 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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dominante (petroleras, constructoras) que con sus morisquetas an-
tiestablishment contenidas por un discurso fascistizante supo cau-
tivar la decepción y el malestar social, particularmente de parte de
la población “blanca”. El “efecto Trump”, como se lo ha llamado,
suspende esos nuevos proyectos de acuerdos de libre comercio a
nivel global y amenaza, incluso, con rever los existentes. Junto a los
anuncios de un mayor proteccionismo económico, viene a frustrar
las expectativas de las élites latinoamericanas de participar de un
nuevo festín de la globalización y sus propuestas de integración,
augurando inestabilidades y nuevos problemas para la economía
regional.
Pero ello está lejos de significar una política exterior estadouni-
dense de carácter aislacionista sino una reformulación de la geopo-
lítica imperial que, para Latinoamérica, vuelve a colocar en la agen-
da la amenaza de políticas más agresivas, incluso la posibilidad de
intervenciones militares, frente a los procesos de transformación
aún abiertos en la región. No es ocioso recordar que los proyectos
de recolonización de la periferia también animaron a aquellos fas-
cismos de la primera mitad del siglo xx.
¿Un renacer de Nuestra América?
En esos tiempos, Antonio Gramsci afirmaba que “el viejo mundo se
muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro surgen los
monstruos”. Nuevos monstruos pueblan las oscuridades contempo-
ráneas. El (des)orden mundial, configurado por la neoliberalización
capitalista, es terreno de un intento de reconfiguración geopolítica
de nuevos proteccionismos y rivalidades comerciales y militares que
amenazan al Sur global con nuevas intervenciones imperiales.
La construcción de un proyecto nuestroamericano de integración
regional resulta hoy más urgente y, en simultáneo, más difícil que
antes. Múltiples interrogantes plantean estos escenarios a los pro-
yectos emancipatorios. En particular interpelan sobre si, ante estos
desafíos, seguramente de una forma diferente de la que tuvo en el
pasado, tendrá lugar una revitalización del movimiento altermun-
dialista, si les tocará a los movimientos sociales, las convergencias
regionales y los pueblos un nuevo protagonismo en retomar la
senda de esa Otra América de Calibán, profunda y transformado-
ramente indígena, feminista, latina, joven, caribeña, trabajadora,
afrodescendiente, rebelde. Y nuestroamericana.
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