Page 128 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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y la paz que acompañan la continuidad y profundización del neoli-
beralismo particularmente con la promoción de la militarización, la
fascistización social y la capacidad punitiva del Estado en lo que ha
sido bautizado como “neoliberalismo de guerra”.
La Unasur avanzó también sobre otras cuestiones, por ejemplo
en relación con la seguridad y defensa regional. Sin embargo, luego
de un primer período de importante actividad, a partir del 2011 su
labor tendió a lentificarse en el contexto de las dificultades econó-
micas regionales y una renovada ofensiva imperial, entre otros he-
chos, con la conformación de la Alianza del Pacífico que fortaleció
la acción común en la región de México, Colombia, Perú y Chile
bajo la programática neoliberal.
Por otra parte, en ese mismo año, en Caracas, se constituyó de-
finitivamente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (CELAC), agrupando a los 33 países de América Latina y
el Caribe, incluyendo a Cuba, que había sido apartada de la Orga-
nización de Estados Americanos (OEA) en 1962. Por primera vez en
la historia de nuestros pueblos, por lo menos desde las guerras de
la independencia, surgía una articulación política regional de los
países latinoamericanos con la exclusión explícita de los Estados
Unidos y Canadá, y en cuestionamiento tanto al sistema interame-
ricano organizado alrededor de la OEA, que había cristalizado en el
terreno interestatal la hegemonía estadounidense sobre la región
en la posguerra, como a su reformulación bajo las Cumbres de las
Américas promovidas desde 1990.
Pero el nuevo contexto regional y los diferentes alineamientos
internacionales de los distintos gobiernos dificultaron la potencia-
ción de la labor que podría haber desarrollado la CELAC. Ya con
la reciente ofensiva neoliberal en marcha y los cambios guberna-
mentales en Brasil y Argentina, su v Cumbre realizada en diciembre
de 2016 convocó sólo a 12 de los 33 presidentes latinoamericanos
–especialmente los del ALBA–, evidenciando el peso de una políti-
ca de desvalorización y vaciamiento de su papel a nivel regional y,
complementariamente, de refortalecimiento del de la OEA.
Entre la nueva ola de libre comercio y el “efecto Trump”:
bloqueo de la globalización, continuidad del imperialismo
La derrota parcial del ALCA en 2005 –parcial porque 11 países de
la región suscribieron tratados bi o plurilaterales con Estados Uni-
dos– marcó en el continente los límites y cambios que signaron
la globalización neoliberal desplegada desde 1990. Los acuerdos
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