Page 90 - Yo quiero ser como ellos
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Es todo por hoy, amigos míos,
mañana cuando mi verso se alargue el pantalón
regresaré con el viento en armas,
a reclamar algunas y otras cosas»
Pasaron diez años, la década completa de los años 60 y, en
1971, apareció, irrumpió en el escenario de las letras venezolanas,
ahora entre la guerra y la pacificación, Amanecí de bala, una
fiesta del lenguaje y una provocación, cuando buena parte de
la intelectualidad prefería y procuraba que nada perturbara la
comodidad que ofrecía la paz democrática. Canto a la mujer, al
sexo, a la vida, a la bohemia, a los amigos, a Víctor Valera Mora
con Walt Whitman fuerte y nada ambiguo; poemas donde Eleazar
León lograba entrever que «la lisura de sus palabras contenía por
entonces estrellas blancas de fulgor de espuma; también, a veces,
estrellas negras de melancolía». Sí, melancolía vestida con la ironía
y el humor, cuando muchos estaban de regreso pero el Chino se
negaba a dar treguas y a firmar armisticios. También en el fondo
del júbilo y la bohemia se anida un canto triste, si no lo sabían
los rectos bebedores. Y la vida y la política y los amores a veces
golpean duro. Entonces la única religión que salva es la poesía. Y
Víctor Valera Mora entró a esa década a la misma velocidad del
Masseratti3 litros, cuestionándolo todo. No haría concesión en la
poesía ni en la política.
Luego de la explosión verbal, sensual y amorosa de Amanecí
de bala, vimos al poeta Con un pie en el estribo, título de un volumen
que nos remite a la imagen del que está por partir, del que se va
de viaje. Y no era una metáfora. Cuenta Manuel Bermúdez que
el poemario Amanecí de bala fue considerado por un general de
la Dirección de Inteligencia Militar más subversivo que los focos
guerrilleros que todavía quedaban en el país. «Eso me lo dijo Víctor
una tarde de invierno, cuando salíamos de la librería Feltrinelli y nos
dirigíamos a un barcito viccino a Piazza del Popolo, acompañados
de Carlos González Vega». El poeta se fue a Roma y dejó al general
la ardua comisión de perseguir poemas que se enconchaban en el
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