Page 72 - Yo quiero ser como ellos
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los cambios y también los registra su espíritu: “Escrituras de luz
embisten la sombra, más prodigiosas que meteoros”. “La alta ciudad
inconocible arrecia sobre el campo” (Luna, 62).
El ensayista y crítico venezolano Guillermo Sucre, con
respecto a los versos citados líneas arriba, escribe:
“Ya los dos versos iniciales insinúan, de manera un tanto
elíptica esta vez, las sucesivas oposiciones que integran el poema. En
efecto, tienden a sugerir el contraste entre el vértigo de la ciudad y
la quietud del campo. El primer verso aparece como imagen visual
sin inmediata referencia (escoger como imagen sugerida la palabra
“escrituras” va a trascender lo visual), que luego es esclarecida en el
segundo: esas luces “más prodigiosas que meteoros” son la ciudad
cosmopolita (de “calles enérgicas/ molestadas de prisas y ajetreos”,
como la llama Borges en el primer poema de Fervor), ajena al
otro Buenos Aires que es el que Borges realmente ama: la ciudad
de los arrabales, un tanto ya anacrónica. En estos dos versos, pues,
se destaca el movimiento: las luces son “meteoros” y embisten a la
sombra, la ciudad arrecia sobre el campo. Pero ese movimiento no
es sólo externo; va a tomar una connotación espiritual a lo largo del
poema: “de alguna manera es la profanación de un orden secreto (...)
y también de un orden mitológico (el campo, la pampa) que Borges
busca preservar”. (Sucre, 172 ,173).
¿Pero cómo lograr esa preservación? El poeta sólo cuenta
con un arma: la palabra. El adagio popular dice que a las palabras
se las lleva el viento. Con una excepción, cuando éstas se hacen
poesías y perduran en el arte. Ese “orden mitológico” de la ciudad
y ese “orden secreto” del poeta, ambos profanados por una
concepción urbanística que rinde pleitesía a los “meteoros de
luces” y al concreto armado, serán defendidos con el escudo del
verbo y se harán perdurables en el poema.
Por supuesto que la poesía de Borges va mucho más allá de
la preservación de los recuerdos, de la añoranza de las calles de
su juventud y de la nostalgia del Buenos Aires que permanece en
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