Page 74 - Yo quiero ser como ellos
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paradójicamente es quien le da universalidad a lo local. Y es
también el poeta lírico e intelectual que expresa sus emociones
en el poema y en el mismo corpus verbal se interroga sobre el
Tiempo, la muerte, los dioses y el azar. Buenos Aires, repetimos,
es espacio urbano y también espiritual. Las ciudades, además
de sus plazas, sus calles y sus casas, son sus habitantes con sus
mitos y sus sueños.
La Ciudad, el Poeta
Los tres libros antes citados fueron escritos entre 1923 y
1929. Borges nació en 1899. El mismo reconoce haber revisado
o modificado muchas veces esas obras. Pero la ciudad expresada
y cantada en ellas es la misma. Ha corregido la forma de algunos
versos, más el contenido lo ha reafirmado. Refiriéndose a
Fervor de Buenos Aires, anota en 1969:
“No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos,
he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades y, en
el decurso de esta labor a veces gratas y otras veces incómodas,
he sentido que aquel muchacho que en 1923 lo escribió ya era
esencialmente —¿qué significa esencialmente?— el señor que
ahora se resigna y corrige” (Fervor, 13).
Traemos este importante detalle a colación para destacar
que quien escribió aquellos poemas era un joven, no un anciano
nostálgico por la ciudad del pasado, la que se fue. Borges
escribió en sus días de juventud del Buenos Aires de sus días.
Y esa ciudad se quedó en él. Por eso modificó los poemas en la
forma, como se lo reveló a María Esther Vázquez, quien desde
1959 trabajó a su lado: “ ... lo he modificado mucho —se refiere
a Fervor—, pero no agregándole cosas, sino diciendo de un modo
más o menos eficaz lo que mi incompetencia literaria me había
impedido decir en la primera edición” (Vázquez, 46).
Tampoco era Borges un provinciano. Fue criado en
un hogar donde se hablaban dos idiomas: español e inglés. A
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