Page 77 - Yo quiero ser como ellos
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MIGUEL OTERO SILVA O EL SOCIALISMO
Barcelona lo vio nacer hace cien años. Los hijos de
Anzoátegui celebramos con orgullo el centenario de Miguel
Otero Silva. Quienes nacimos hacia el sur, Guanipa adentro,
por los sabanales de El Tigre, El Tigrito y San Tomé, más allá de
los farallones, escoltados de extensos morichales, nos sentimos
personajes de su pluma creadora, gente de Oficina Número 1,
cómodos trashumantes entre la realidad y la ficción que construyó
su escritura..
Tuve el impensado honor de conocer al paisano mayor
una fresca noche caraqueña. La víspera, sonó el teléfono de mi
apartamento y del otro lado, una voz femenina me dijo: “espere
un momento, que don Miguel Otero Silva quiere hablarle”. Emoción
y extrañeza para un entonces joven escritor que pensaba con
presunción o soñaba con ilusión que su destino era literario. En
efecto, el propio autor de Casas Muertas me saludó como quien lo
hace con un viejo conocido, me habló de un proyecto periodístico
y me invitó al Ateneo de Caracas para darme más detalles.
A las 7:00 de la noche del día siguiente llegué puntual a la cita
y ya el amigo personal de Pablo Neruda –lo leí en Canto General-
estaba allí. Fue una charla amena sobre literatura, periodismo
y bohemia. Y no se puede hablar de bohemia en seco, frente al
desierto de una mesa, según sus acertadas palabras. Mucho menos
con un humorista de primera línea que dejó páginas memorables
en El Morrocoy Azul. El otro contertulio era el dramaturgo y
guionista y libretista Ibsen Martínez.
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