Page 68 - Yo quiero ser como ellos
P. 68
POÉTICA DEL ESPACIO URBANO
EN JORGE LUIS BORGES
Desde las remotas ciudades-estados de la civilización
sumeria hasta las modernas urbes que empinan sus torres sobre
los últimos años del siglo XX, el espacio urbano ha marcado
indeleblemente el espíritu del hombre. No importa el fin utilitario
o militar-defensivo que en algún momento dieron origen a las
edificaciones, el tiempo se encargará de insuflarles vida y otras
significaciones en el alma humana. La ciudad, que es espacio, será
también tiempo para sus habitantes. “Mi infancia son recuerdos
de un patio de Sevilla”, escribió Antonio Machado. Ese espacio —
el patio— alberga todo un tiempo en la vida del poeta.
Con la ciudad, que es su obra, el hombre establecerá
una relación de amores y asombros. Arquitectos, ingenieros,
sociólogas vivirán estudiándola para transformarla. Escritores,
poetas y cantores tratarán de aprehenderla y, con el verbo y el
canto, rescatarla del tiempo y perpetuarla. Será el artista el que
develará su claroscuro, su espiritualidad, sus espantos y sorpresas.
La ciudad, que está afuera y nos contiene, la internalizamos y
la llevamos adentro con nosotros. “También los hombres son
ciudades” escribió el novelista venezolano Oswaldo Trejo (Trejo,
11).
Aunque no sea su propósito, el poeta se convertirá para sus
lectores en el guía estético-espiritual de la ciudad. Nos descubrirá
lo que está más allá del espacio físico y de su aquí y ahora, de su
presente. Será la ciudad integral, física y espiritual, la que nos
presente, o mejor, la que recorramos por la gracia y magia de
68