Page 150 - Yo quiero ser como ellos
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MAGISTERIO VIVO FEDERICO ÁLVAREZ
Abundante agua teórica -y por ello, nada bendita- ha corrido
bajo los puentes del periodismo desde que, en 1978, apareciera la
primera edición de La información contemporánea, de Federico
Álvarez. Dos décadas son más que suficiente para hacer obsoletas
muchas teorías y propuestas, sobre todo en un universo tan
cambiante como el de la comunicación. La obsolescencia, sin
embargo, anda más veloz en el campo de la tecnología que en el de
las doctrinas, concepciones y formas periodísticas. Las recientes
plataformas se desechan sólo para hacer más rápidas y fuertes las
viejas ideas y procedimientos.
Las críticas y señalamientos que Federico Álvarez hacía al
periodismo de finales del siglo XX, hoy tienen una vigencia que
abruma. Los medios, incluso los de pueblos más apartados, han
computarizado sus salas y espacios y los exhiben con un orgullo
tecnológico no pocas veces ingenuo, de muchacho con juguete
nuevo. Empero, las innovaciones, en la mayoría de los casos, no
alcanzan a los contenidos. La sociedad de hoy es deslumbrada por
el envoltorio y la rapidez con que este le llega, hasta que abre el
paquete. Pocos son los que se percatan del contrabando. Ya se ha
dicho: el medio es el mensaje. Y para algunos, el masaje.
Las vertiginosas renovaciones del medio, excepto en
la velocidad y la forma, no afectan el fondo del mensaje. Al
confundirse este con aquel, sin embargo, el contenido se reviste
de una apariencia novedosa. Esto hace más difícil detectar los
dogmas, las técnicas y perversiones que ya se señalaban y criticaban
en La información contemporánea. Pero siguen allí como momias
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