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Visiones del ayer y hoy


          tanto rayo y tanta tierra abierta.   dejarla allí para que otros sean sus   climatizado vendrá a buscarlo
          De haber sucedido en Caracas,    testigos. Nunca leí, y si alguien   con la intención de trasladarlo a
          le habríamos dicho al creador:   me desmiente será con saña de    lo que algún desocupado bautizó
          ¡Buena idea! ¡Así la volvemos a   erudito, ningún asombro, ante   con el nombre de cuadrilátero
          hacer!                           nuestras  edificaciones  coloniales   histórico de la ciudad. Allí visitará
            Ni digo, pues, que recorro     o republicanas. El viajero nos   la casa de Simón Bolívar que de
          sus calles, porque no es cierto,   vincula al paisaje, constata la   remodelación en remodelación
          pero algo me ata a lo que esta   regularidad del clima, se interesa   terminó por parecerse a la
          ciudad significa. Caracas es     por unos cuantos loros enjaulados   mansión de Alejandro Dumas en
          una  maravillosa  equivocación   o pondera la costumbre de        el  extremo  romántico  de  París.
          española, y quién sabe si el centro   albergar morrocoyes en los patios,   Ascenderá las cuadras suficientes
          de su enigma es esa imposibilidad   como si la ciudad en sí misma   para contemplar el Capitolio y
          que  tenemos  sus  habitantes  de   careciera de perfil, y quién sabe si   sentir que Napoleón  iii, como
          conocerla. Lugar de tránsito,    de existencia. Nada más patético   Dios, está en todas partes, y
          posada de agobiados  en el largo   que un autobús de turistas en   constatará la Plaza Bolívar como
          camino al sur y el oro, a veces   Caracas, nada más ímprobo que el   un  episodio  natural  donde  una
          la pequeña crónica capaz de      trabajo de guía en esta ciudad.  domesticada pereza sigue siendo
          constatarla nos habla de viajeros   La aventura de un canadiense   la mejor excusa fotográfica, por
          y huéspedes incapaces de saber a   en  Caracas  consiste  poco    insólita y suramericana.
          dónde habían llegado. Humboldt,   más o menos en aterrizar en        Lo mismo le sucedió  al
          por  citar  al  más  famoso  de sus   un aeropuerto parecido al de   naturalista Humboldt cuando
          viejos inquilinos, proclama como   Houston, ascender unos cuantos   tuvo  la  ocasión  de  aproximarse
          es rutina la bendición de un     kilómetros por una autopista     a un temblador, sólo que nadie
          valle fértil, la tranquilidad de un   escueta y apenas funcional,   se tomó el trabajo de convidarlo
          clima sin sorpresa, la frecuencia   comprobar  la  existencia  de  un   a un monumento. Muy por el
          de prolongados aguaceros y el    león encementado de reciente     contrario, la mayor invitación que
          magnífico espectáculo de una     data y significado esotérico,    esta ciudad se dignó a hacerle al
          fortaleza montañosa, capaz entre   desaparecer en sucesivos túneles,   barón  de  las  curiosidades,  fue
          tantos dones, de alejar a huracanes   que, como actos de fe, conducen   una función teatral por razones
          indeseables.                     a un resifitado, e ingresar a un   de cultura, y no vaya a creer el
            Muy  pocas  palabras  para     hotel apátrida de funcionalidad.   alemán que todo es monte. El
          hablar del trabajo de los hombres   universal, posiblemente regentado   barón presenció un drama de
          o de la voluntad de cincelar alguna   por  un  húngaro  errático.  Al   aspavientos, al aire libre, en un
          rosa, por el simple placer de    día siguiente, algún autobús     tabladillo con aspiraciones de
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