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Visiones del ayer y hoy
anfiteatro. Según sus palabras, algunas cabriolas artesanales, hay oficina, pero no en mis ojos ni en
los actores eran los peores del allí un don que ofrezco a los ajenos la biografía de los míos.
planeta, pero la felicidad de un que me contemplan. Si resuelvo No hay un modo caraqueño de
teatro caraqueño consistía en la un desagüe y lo convierto en Caracas. Hay un modo caraqueño
ausencia de techo. No había techo. gárgola, es porque en el fondo me de sus habitantes en un cierto dejo
Había estrellas, constelaciones, interesa la admiración o el simple fonético que, según comprobé,
episodios de Osa Mayor. Era el comentario de los extraños. Pero hace reír a los mexicanos. Hay un
recinto ideal de un aficionado a la la ciudad que aún no hemos modo caraqueño en la sazón que
astronomía. Era el observatorio. terminado de construir y mucho nos hace utilizar la salsa inglesa
La naturaleza seguía siendo menos de disfrutar, se encierra en marca Perrins para distinguir gran
nuestra única constancia. El resto sí misma y renuncia a la fachada. parte de nuestra culinaria. Hay eso
es sol, de allí que nuestra mejor Es una ciudad privada. Las que llamamos “guasa”, verdadero
promoción turística consiste en casas se enorgullecen por dentro e asiento de una picaresca que en
decirle a los extraños que vivimos ignoran al paseante. Todo sucede, ocasiones sustituye al carácter.
en un lugar donde hay muchísimo como decíamos antes, cuando Somos unas personas amantes
sol. entramos, cuando dejamos de las aceitunas y de las uvas
Y es que Caracas inhibe al de pertenecer a la calle, y por pasas californianas marca Sun
turista porque se trata de una paradoja, somos libres. Nadie se Maid. Preferimos un dejo ligero
ciudad carente de fachadas ciertas. siente libre caminando por San en la cerveza y abucheamos a los
Lo que verdaderamente importa Bernardino o por los simétricos pitchers cuando se salen de la caja
en ella sucede más allá del zaguán bloques de El Valle. En primer y lanzan a primera. ¿No es una
y después de cerrar la puerta. ¡Qué lugar, porque Caracas es la perfecta identidad? –me he preguntado
extraordinaria aventura puede negación de lo peatonal. La a veces sin que me importe
ser, y lo comento, con cincuenta ciudad se interrumpe en cualquier demasiado la respuesta.
años de amor y pertenencia, trayecto, y en ocasiones, alcanzar Me bastaría un murmullo
vivir en una ciudad sin fachadas la acera contraria es un reto no en una calle de Helsinki para
representativas! Lo que solemos sólo al vigor físico, sino incluso a reconocer a un caraqueño, me
llamar el frente de la casa es, en el la inteligencia del ciudadano. La bastaría verlo de reojo en un
fondo, el único pedazo que salva ciudad no realiza mi vida, puesto bazar en Samarkanda, eligiendo
a la arquitectura del egoísmo. que ni siquiera toma en cuenta un un tomate, y lo gestual me lo
Mi casa anuncia mí manera, sin natural sentido de locomoción. haría fraterno, como los saludos
necesidad de entrar en ella. Mi Tengo la sensación, desde hace masónicos. Pero en ocasiones,
casa es un credo. Si construyo un muchos años, de habitar un lugar regresando de algún viaje, suelo
balcón y decido complicarlo con inconsulto, decidido en alguna fantasear en el trayecto de la
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