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Visiones del ayer y hoy
autopista que me lleva a casa, que era simplemente un atropello a Y el tercero de los arlequines,
soy un extranjero hasta hace poco Aristóteles. los negros provenientes de las
dormido en el avión, y que ahora El fundador de la ciudad, esto costas del África, fueron los
abre los ojos, con la desesperación es, el señor de Losada, era a su vez últimos expulsados de un enigma.
de saber adónde ha llegado. Para un expulsado de la verdad, o lo que Intrusos forzosos, sintieron esta
ser franco, no lo sé muy bien. es igual, de España. Inútil decir, tierra como una desgracia difícil
Desde luego, toda la ciudad por demasiado sabido, que en los de imaginar, porque ni siquiera
es una herencia. La ciudad de siglos xvii y xviii, desembarcar en la lústoria, les concedía una
mis días se decidió hace más América era una tácita confesión ambición.
de cuatrocientos años, en el de medianía y vergüenza, sólo ¿Qué casa de siempre podía
más viejo de los países de este concebible por una razón de construir un negro en el trance
continente. Sólo que la decidieron extrema pobreza o extremo deber. de América, como no fuese casa
nada menos que tres exilios. Salvo “la tierra prometida” del ajena, forzada a garrotazos? ¿Qué
Los indígenas que habitaban el Norte, que casi siempre fue un flor pudo sembrar, quien se quedó
valle, fueron sometidos de la destino, en el resto del Continente, viendo el mar como una garantía
noche a la mañana, no sólo a la desde México hasta la Patagonia, de su procedencia? Entonces...
renuncia del espacio, que es una la única ética concebible fue la ¿Cómo puede ser en definitiva una
de las desgracias del exilio, sino resignación. Casi nunca, salvo ciudad de exiliados? De allí que la
a la convicción implacable de que algún cura alborozado, hubo un ciudad que hemos construido es un
todo lo hecho por sus manos, todo gusto de viajero, ni una emoción eterno regreso al futuro. Algo nos
lo aconsejado por sus costumbres de playa, sino la sensación de espera. Algo que intuimos como
e inteligencias era un error una atroz disciplina sólo aliviada un logro, como una certeza, como
garrafal o una mentira irununda. por la posibilidad de un cambio el sitio donde seremos capaces de
Nuestros primeros expulsados, no de fortuna. Por consiguiente, reconocernos, al modo platónico
sólo perdieron un rincón amable y cuando el señor de Losada, quién de la caverna. Mientras tanto, no
reconocible, qué sé yo, una laguna sabe si a caballo, dijo que este hay demasiadas preguntas.
al oeste donde abrevaba la caza o valle se llamaba Santiago de No hay orgullo caraqueño.
una cueva donde fabular alguna León, aparte de pronunciar una No existe un momento de
cosmogonía. Peor que eso. Fueron inmensa arbitrariedad, no quiso deslumbramiento del habitante
arrojados de sí mismos con las decir demasiado. No hubo en su de la ciudad, por la ciudad en que
patadas del idioma y la nueva ánimo la sensación de decir... vive. En mi vida me he encontrado
luz de los candiles, por quienes ¡He llegado! Por el contrario, a un caraqueño, concediendo
consideraban que una vivienda lo que quiso expresar fue... incluso la posibilidad de unos
construida por hombres desnudos ¡Rapidito, que me estoy yendo! tragos, que me haya dicho: ¡Qué
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