Page 36 - Vida ejemplar de Simón Bolívar
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EL ETERNO DISCíPULO


                  Todos vosotros conocéis ese tipo de hombre suficiente, que
               se basta a sí mismo, que todo lo sabe, y cuando no sabe algo, lo
               adivina, según dice con su tanto de sorna la musa popular. Todos
               vosotros conocéis ese tipo, demasiado común en nuestra tierra y
               que ha causado infinitos males a nuestro país. El tipo del “sabe-
               lotodo” se llama, con un término más aristocrático, el empírico.
                  Al empírico y al empirismo se les deben los más bochornosos
               fracasos, los perjuicios más graves y las situaciones más ridículas.
               Se les deben los planes absurdos, las medidas ilógicas, las resolu-
               ciones irreflexivas, que se llaman entre nosotros salidas de pata
               de banco. Gran parte de las desgracias de nuestra  vida nacional
               se deben al empirismo, al desconocimiento de las razones funda-
               mentales que rigen la marcha de las sociedades, de las empresas y
               de las industrias; en fin, a la ignorancia petulante, vestida de sufi-
               ciencia. Si yo fuera a presentaros ejemplos de lo que digo, tendría
               que recorrer gran parte de nuestra historia nacional. Pero no se
               trata de eso. Quiero alertaros contra la vanidad frecuente que
               nos lleva a creernos más capaces de lo que somos, a prescindir de
               enseñanzas ajenas, a fiar el buen éxito de una empresa a nuestro
               seguro olfato, a la intuición, en fin, a la adivinación. Resulta que
               no hemos previsto nada, que las cosas no son como las imagi-
               nábamos y que pagamos con el fracaso. Peor aún, cuando el
               fracaso no lo pagamos nosotros solos, sino que lo pagan quienes
               tuvieron confianza en nosotros o aquellos sometidos por fuerza
               a la impericia de nuestros actos.
                  De paso debo advertiros que no confundáis ese empirismo,
               que es vanidad e ignorancia, con el empirismo científico, del cual
               ya os habrán hablado vuestros maestros. El empirismo científico
               es el sistema de la experiencia sometida a disciplina, el sistema de
               la paciencia, la observación y el raciocinio, cuando el empirismo
               vulgar es el de la improvisación y la aventura.
                  Entre  vosotros  mismos  habrá  de  seguro  bastantes  del tipo
               suficiente. Un proverbio nuestro dice que los golpes enseñan.
               Quiere decir que los fracasos aleccionan. Sin duda, muchos de


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