Page 31 - Vida ejemplar de Simón Bolívar
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Santiago Key Ayala
contra la grandeza, se suponía lo peor, se atribuía la razón desco-
nocida a una flaqueza, a una mezquindad, hasta a una ruindad.
El descubrimiento de otros datos, hasta entonces ocultos, ha ido
completando la figura histórica de Bolívar. Se han ido reduciendo
cada vez las sombras, se han aumentado cada vez las luces. Cada
día ha aumentado el número de sus admiradores. Cada día ha
disminuido el de sus detractores. La excepcional unidad de su
vida en medio de circunstancias las más diversas es la mejor
lección que se saca de ella.
¿Bastan estas razones para justificar el título y el objeto del libro?
¿Es que la vida de un hombre excepcional puede servir de guía para
vidas que no prometen ser excepcionales? ¿El hecho de ser grande
hombre no pone un abismo entre él y los hombres corrientes?
¿A qué presentarnos ejemplos que no podremos seguir? Todos no
podemos libertar continentes, renunciar a caudales, ser padres
de naciones.
Pues, si vuestros maestros no os lo han dicho ya, las lecturas os
harán conocer una ley a que está sometido el organismo humano.
“Ley del umbral”, la llaman los fisiólogos. Hay sonidos más
graves y más agudos que los percibidos por el oído humano. Hay
más colores que los apreciables por nuestros ojos. Estamos como
;
ante un paisaje en una habitación oscura, a distancia de una
:
ventana que da al campo. Vemos una sección del paisaje. Hacia
arriba, hacia la derecha, hacia la izquierda, el paisaje continúa,
pero se nos escapa. En las aptitudes, la ley se cumple. Cada uno
de nosotros dispone de un campo cercado por lindes que lo
demarcan. La voz del bajo recorre una escala de notas, limitada
por las más graves y las más agudas que puede emitir. El barítono
puede dar notas más altas que el bajo y menos altas que el tenor.
Cada uno está encerrado entre límites; pero, dentro de tales
límites, puede y debe contribuir a la integridad del conjunto, a
la armonía universal.
La vida integral del grande hombre abraza un registro más
extenso y más alto que el corriente. Pero coincide en su registro
medio con el registro de los medianos. Es la sección que está a
nuestro alcance. Dentro de ella podemos ponernos en relación
con la vida ilustre, aprovecharla, para nuestra propia elevación.
Porque aun en esta sección media los hombres en verdad grandes
imprimen su sello y dan a las voces corrientes un estilo de comuni-
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