Page 32 - Vida ejemplar de Simón Bolívar
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Vida ejemplar de Simón Bolívar
cativa nobleza. Podemos, siguiéndolos, robustecer nuestra propia
voz, afinar nuestra propia nota. Es más, el esfuerzo que hagamos
por seguirlos extiende nuestro registro, nos eleva, nos hace llegar
más alto de lo que llegáramos por nosotros mismos. Se cumple
así una ley biológica que no había escapado a la penetración y a
la experiencia de Maquiavelo.
Y si una vida ejemplar es útil, ¿cuál más para la juventud
hispanoamericana que la de Bolívar? No solo por sensibilidad de
gratitud, porque él se dio todo a nosotros y trabajó para noso-
tros. Es que entre el conductor y los conducidos, entre el maestro
y los discípulos, debe haber una afinidad, sin la cual la compene-
tración es imposible. Bolívar, aún afín con los grandes pueblos que
se disputan el honor de haber contribuido a la formación de su
grande espíritu, es, ante todo, esencialmente hispanoamericano.
Por cierta armonía frecuente en la Historia, la América estaba a
su medida, y él lo estaba a la medida de la América. Él tiene en su
carácter, expandidos por la voluntad, afinados por el genio, subli-
mados por el ideal hondamente sentido, los caracteres generales
del hispanoamericano. Sería tonto, a lo menos extraño, acometer
el ejemplo de caracteres de otras razas. Si tenemos el nuestro en
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casa, ¿para qué buscarlo fuera? Con nuestros caracteres propios,
sin deformarnos, sin desnaturalizarnos, podemos cumplir nuestros
graves deberes. La vida de Bolívar nos lo prueba. La generación que
marchó tras él supo ser grande sin deformarse, en cuanto obedeció
la voz del ideal y ahogó en él sus pequeñeces, sus limitaciones.
La obra de Bolívar no concluye con su desaparición material.
Hoy, como entonces, como siempre, hay que hacer la patria. La
patria no es, como pretende el lugar común y quisiera la molicie,
la madre, sino la hija de los ciudadanos. Tengamos para ella el
cuidado paternal y lleno de abnegación, y no la ternura, siempre
imperfecta y más o menos interesada del hijo. Bolívar fue en
verdad padre de la patria.
Que continúe siéndolo en nosotros. Si en América anhelamos
tener patria, solo la obtendremos siguiendo la vida ejemplar de
Bolívar.
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