Page 322 - Todo César: Panorama de vida y obra
P. 322

Todo César 321


               lA CuESTIóN AGRARIA Y NuESTRO PROCESO CulTuRAl                         ha sido mitificado para darle interés comercial. Entre hombre, rancho, radio,
                                                                                      música y paisaje, no hay ninguna vinculación orgánica, solo existe la impuesta
                                                                                      desde arriba como civilización, mediante el comercio y la penetración colonia-
               Toda cultura es consecuencia del esfuerzo creador del hombre en compenetra-  lista.
               ción orgánica, permanente, con un medio geográfico y social determinado; es   En Venezuela, como nación que fuera hasta hace poco sustentada por econo-
               la vinculación material y sentimental con la tierra y con todo cuanto en ella se  mía agrícola propia, y cuyos principales núcleos de población eran rurales o
               vaya creando mediante el trabajo, el sentimiento y el pensamiento. Esa fusión  dependientes vitalmente del medio rural, el proceso cultural se vincula desde
               creadora entre hombre y geografía va determinando una sucesión de produc-  los albores mismos de la nacionalidad –amalgamiento hispano-indio bajo el
               tos materiales y morales que constituyen los valores de la cultura, los cuales, a  signo colonial– a la cuestión agraria. Ella, en sus sucesivas etapas históricas, va
               su vez, van influyendo en la transformación del hombre y del medio, hacia el  determinando las características más acusadas del proceso cultural vernáculo.
               perfeccionamiento del uno y el dominio y mejor productividad del otro.   Ya el medio geográfico imponente, al impresionar a los primeros navegan-
                 Las características geográficas, históricas, sociales, económicas y humanas,  tes –no escapados aún de los misterios y fantasías medievales– determina la
               determinan, en el proceso creador de hombres y ambiente terrenal, lo nacional.  sustancia sugestiva de sus relatos. Colón, frente a las costas orientales de Vene-
               Todas en conjunto influyen para producir una cultura con caracteres típicos,  zuela, las mira como el pórtico del Paraíso Terrenal: “… grandes indios son estos
               nacionales. La vinculación –por afinidades– en un plano superior de las diver-  del paraíso terrenal, porque el sitio es conforme a la opinión de estos santos
               sas culturas nacionales suma la cultura universal. Es esta una consecuencia de  y sanos teólogos y, asimismo, las señales son muy conformes…”. Así escribe el
               aquellas: superestructura de los principales valores que conforman las culturas  almirante relatando su tercer viaje, suspendido en el sueño por un paisaje que
               nacionales, influye sobre ellas a su vez, provocando su expansión y enriqueci-  lo sobrecoge y maravilla. Más tarde, en el alba misma de la conquista de esa
               miento, pero también, en no pocos casos –sobre todo en aquellos pueblos cuyas  geografía deslumbradora, al irse dando, el aventurero hispano la ata a sí misma
               libertades y fuentes de producción están intervenidas por otros más poderosos,  y lo conmueve. Ya la vemos hecha poesía en la voz popular e ingenua de Juan de
               coloniales– determina su agostamiento y extinción. La estandarización de la  Castellanos.
               cultura universal, la conversión de ella en producto accesible a todo aquel que
               pueda pagarla directa o indirectamente, aun sin comprenderla, conforma la         De la flava Ceres los contenta
               civilización. Es esta el esparcimiento generalizado mediante el impulso y direc-  con liberalidad de franca mano.
               ción que le dé la clase en el poder, de la cultura universal, por ello carece de
               vinculaciones sentimentales y morales con no pocos hombres o grupos socia-  Las  posibilidades  agrícolas  habrán  de  ser  ya  un  incentivo  para  el  arraigo
               les a los cuales llega. En nuestro tiempo, mediante el mecanismo que mueve y  cuando,  cruzada  la  violenta  etapa  de  la  Conquista,  guardada  la  espada  y  la
               proyecta la sociedad capitalista, la civilización es un factor de productividad  adarga  –requeridas  a  veces  para  hazañas  contra  filibusteros  y  piratas–  se
               para aquella y también un medio de penetración y dominio. De allí que la civi-  conozca la realidad de no ser esta tierra de oro y platería. Y el agricultor caste-
               lización pueda existir, verse, en sitios de retardo o menguado proceso cultural.  llano dejará caer la semilla en la nueva tierra bondadosa y feraz, y tras ella se irá
               Ella ha llegado allí gracias a la interesada voluntad de expansión y dominio de  sembrando su cariño, su sangre, sus huesos mismos. Y con el peón rural, con
               los grupos superiores que dirigen y administran los medios de producción, y no  el hombre de campo y con el sencillo villano, se trasplantará la cultura roma-
               mediante un proceso de eslabonamiento y asimilaciones. Ese caso es corriente  nesca, popularista; ella también realizará el mestizaje con las primitivas indí-
               verlo en muchos lugares interioranos de nuestro país, donde, en ranchos destar-  genas, esas culturas indígenas que sí estuvieron y que hasta ahora han negado
               talados, junto al hombre famélico y analfabeto, chirría la radio, útil de cultura  muchos, soslayando así el investigarlas debidamente. Ambas culturas confluyen
               civilizada en manos capitalistas, una música donde lo popular de algún pueblo  bajo el signo mismo de los encomenderos, e inician la conformación raizal de
   317   318   319   320   321   322   323   324   325   326   327