Page 288 - Sencillamente Aquiles
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LA ELECTRICIDAD COMO ARTISTA
Llevar al terreno de la música todas las nuevas actitudes
de la naturaleza, producidas continuamente por el hombre
en virtud de los incesantes descubrimientos científicos.
Dar el alma musical a la masa, a las grandes industrias,
a los trenes, a los trasatlánticos, a los acorazados, a los
automóviles y a los aviones. Añadir a los grandes motivos
íntimos de la música el reino de la máquina y el victorioso
dominio de la electricidad.
En estos términos tan vibrantes de modernidad ex-
presiva, formulaba en 1909 la prosa de Filippo Marinetti
uno de los postulados que consagran para la historia del
arte la insurgencia del movimiento futurista, como la más
grande revolución ocurrida en el mundo de la cultura
desde el alba romántica. La enorme fuerza y el poder de
expansividad con que logró el futurismo decidir en la esté-
tica moderna tan radicales rupturas con la tradición como
las que significaron el dadá, el surrealismo, la plástica de
un Klee o la poesía de un Huidobro, no afectó solo al orbe
occidental de Europa; antes bien la circunstancia histórica
le había abonado el terreno para que fuera la lejana Rusia
el país en que se cumpliera a plenitud el aspecto más inte-
resante de su programa. Era indudablemente el futurismo,
con sus arrestos de iconoclasia, con la juvenil violencia de
sus actitudes y su prédica de una estética para las masas, la
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