Page 107 - La escena contemporánea y otros escritos
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Mariátegui: política revolucionaria. Contribución a la crítica socialista
defecciones de los elementos liberales y democráticos que, en un prin-
cipio, por miedo a la revolución socialista, lo habían flanqueado y soste-
nido, aislaron gradualmente de toda opinión no fascista al gobierno de
Mussolini. Este aislamiento empujó el fascismo a una posición cada
día más beligerante. Prevaleció en el partido la mentalidad extremista.
Mussolini solía aún usar, a veces, un lenguaje conciliador, con la espe-
ranza de quebrantar o debilitar el espíritu combativo de la oposición;
pero, en realidad, el fascismo volvía a una táctica guerrera. En la siguiente
asamblea nacional, del partido fascista, dominó la tendencia extre-
mista que tiene en Farinacci su condottiere más típico. Los revisionistas,
encabezados por Bottai, capitularon en toda la línea. Luego, Mussolini
nombró una comisión para la reforma del Estatuto de Italia. En la prensa
fascista, reapareció la tesis de que el Estado demo-liberal debía ceder
el paso al Estado fascista-unitario. Este estado de ánimo del partido
fascista tuvo su más enfática y agresiva manifestación en el rechazo
de la renuncia del diputado Giunta, del cargo de vicepresidente de la
Cámara. Giunta dimitió por haber demandado al Procurador del Rey
autorización para procesarlo como responsable de la agresión al fascista
disidente Cesare Farol. Y la mayoría fascista quiso ampararlo con una
declaración estruendosa y explícita de solidaridad. Tal actitud no pudo
ser mantenida. La mayoría fascista, en una votación posterior, la rectificó
a regañadientes, constreñida por una tempestad de protestas. Mussolini
necesitó emplear toda su autoridad para obligar a los diputados fascistas
a la retirada. No consiguió, sin embargo, impedir que Michele Bianchi
y Farinacci se declararan descontentos de esta maniobra oportunista,
inspirada en consideraciones de táctica parlamentaria.
El super-fascismo, el ultra-fascismo, o como quiera llamársele; no
tiene un solo matiz. Va del fascismo rasista o escuadrista de Farinacci al
fascismo integralista de Michele Bianchi y Curzio Suekert 113 Farinacci
encarna el espíritu de las escuadras de camisas negras que, después de
entrenarse truculentamente en los raids punitivos contra los sindicatos
y las cooperativas socialistas, marcharon sobre Roma para inaugurar la
113 Célebre escritor, más conocido con el seudónimo de Curzio Malaparte
(1898-1957).
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