Page 63 - Guanipa-Endenantico
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Earle Herrera
–Señor Presidente, ¿de dónde vienen los locos? (risas).
–No me interrumpa concejal Cabeza, que usted y todos
aquí saben muy bien de dónde vienen los locos. Y es para allá
para donde los vamos a mandar de nuevo. Pero esta es una
solución a medias, que no resuelve el problema del todo, no
corta el mal de raíz, no extirpa el maligno tumor para siempre
y es ello lo que nos ha obligado a realizar esta sesión extraor-
dinaria porque no podemos, ilustres colegas, estar distrayendo
los dineros públicos contratando camiones todas las semanas
para devolver los menesterosos a su lugar de origen. Nosotros
que llevamos los orates para allá y los orates que están aquí a la
semana siguiente. Los traen, colegas, bajo las sombras, ampa-
rados cual delincuentes en las tinieblas de las madrugadas y los
días más inesperados: cuando inauguramos algo, cuando nos
visita el Señor Gobernador, cuando viene el Obispo a confir-
mar a la muchachería o el Día del Policía que, como es obvio,
bajamos la guardia y subimos el codo. Ellos están enterados
de todos nuestros actos y se aprovechan de esa circunstancia
para enloquecer a la ciudad. Y si un sinfamilia se enferma
o se muere, las pocas medicinas de nuestro centro de salud
hay que dárselas o hay que gastar en la urna y en el entierro
y sin poder cobrarle a nadie el terreno del camposanto, lo
que también significa pérdida para el municipio. Nos quieren,
atentos colegas, llevar a la quiebra municipal por la vía insolente
de la exportación de locura y mendicidad. Pero, repito, no se
saldrán con la suya. Desde hoy habrá guardia permanente en
las entradas de la ciudad. Tendremos mucho cuidado con el que
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