Page 81 - Fricción y realidad en el Caracazo
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earle herrera
Los taladros han extraído, en medio siglo, una renta pe-
trolera tan fabulosa que duplica los recursos del Plan
Marshall para la reconstrucción de Europa; desde que el
primer pozo petrolero reventó a torrentes, la población
se ha multiplicado por tres y el presupuesto nacional por
cien, pero buena parte de la población, que disputa las so-
bras de la minoría dominante, no se alimenta mejor que
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en la época en que el país dependía del cacao y el café .
El símil de Galeano y Uslar es una imagen que rompe
cualquier imagen, por ejemplo, la de la «vitrina rota» el 27
de febrero de 1989. Las masas lanzaron las piedras sobre
un escaparate resquebrajado. El expresidente Caldera, sin
embargo, no se refería en su discurso ya citado al manejo
de los dineros públicos, sino al ejercicio democrático que el
país practicaba desde 1958, en una América Latina sem-
brada de espadas y dictaduras. El Caracazo vino a recordar
que la democracia, además del derecho al voto, debe sus-
tentarse en la justicia social, la honestidad administrativa
y la eficiencia en el ejercicio del gobierno. Quizás la clase
dirigente pensaba que, desde el mundo, solo observaban
la fachada democrática de Venezuela; sin embargo, a raíz
del Caracazo, las opiniones que llegaron del exterior evi-
denciaron que estaban al tanto de lo que ocurría puertas
adentro de la vitrina de Latinoamérica. Transcribamos
algunas citas del libro A 19 pulgadas de la eternidad:
Irwin Seltzer, en The Sunday Times: «De alguna manera,
los nuevos recursos terminan forrando los bolsillos de los
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Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, Siglo
XXI, México D. F., 1980, p. 271.
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