Page 410 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo


            de aquel que amanece ebrio y perdido en islas de hermosa
            hechicera y cíclope feroz; yo por mi parte, me conformé
            y confirmé en el significado de nombrar a esa multitud
            hambrienta en el momento de reclamar promesas incum-
            plidas y espejismos de prosperidad. Digamos que esta es
            una de las tantas formas donde habita la poesía, además de
            contemplar la rosa de don Vicente Huidobro y la boquita
            de fresa de la princesa que avizora el amigo Rubén desde
            el balcón de su casa en París.
                —¿Le es dado al poeta escribir sobre hechos de
            actualidad, inmediatos, sociales?
                —Por supuesto: una elegía, un soneto que no remite
            a amores contrariados, las aguas de un río, la fundación
            de un lugar, la calle donde vivimos, la pertenencia a una
            tribu o familia, nuestras galas y miserias son temas que
            están circunscritos a un espacio y un tiempo que pade-
            cimos en su momento y en su hora, pasan del lápiz al cua-
            derno como hechos de actualidad, inmediatos, sociales,
            sin que nadie los suponga distantes, imprecisos y miste-
            riosos como si fuesen casos para ser archivados en los Ex-
            pedientes X de Mulder y Scully. Toda la poesía escrita en
            este planeta, desde el Dante, Shakespeare, Francisco de
            Quevedo hasta Héctor Gil Linares, muestra esta cercanía
            de gran vecindario.
                —¿Puede un sacudón popular tener algo de poético,
            o mejor, ser percutor o motivo de la poesía?
                —La poesía no excluye ningún motivo; al igual que el
            cuerpo de la amada, siempre está dispuesta a ser poseída.
            No dice cómo, cuándo y de qué manera le debemos escribir
            (amar). Con que ella quede justificada y libre, le da lo mismo
            ser recordada mediante un sacudón, o las cuitas de un boy
            scout en su primera excursión al cerro de La Bombilla.

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