Page 406 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
—Yo no sé si es realidad para una novela; siento que
el cine y la televisión compiten muy fuertemente, no en
público, sino en quien escribe. Puede haber más interés y
posibilidad de que surjan más guionistas y cineastas que
novelistas. En otros países hay una relación más directa,
de que primero sale la novela y si es buena, es casi un paso
inmediato para que pase al cine. Lo único es que aquí hay
más cineastas que novelistas. Cuando salió Colt Comando
5.56, le vendí los derechos de autor a César Bolívar. Es
difícil hacer cine si no tienes una base literaria. Las pocas
novelas nuestras, buenas, se utilizaron en el principio en el
cine, País portátil, por ejemplo, y el cine era como muy in-
cipiente, había problemas de sonido que después se fueron
superando. Creo que hoy en día a alguien que tenga la vo-
cación de escribir, se le hace más fácil llegar a la televisión,
sobre todo porque es una industria que funciona. A nivel
de ficción no ha habido industria. El autor de ficción llega,
lleva sus originales a Monte Ávila Editores y pasa cinco
años en una cola para que salga.
—Este cuento que sale una semana después del
27 de febrero me llama la atención porque siempre se
contaban las historias de las víctimas civiles; aquí en
cambio es el caso de un soldado, la otra parte, la otra
víctima del mismo fenómeno.
—Ese caso no es ficción, simplemente no ocurrió,
pero está basado en un caso real, en algo que realmente
pudo haber ocurrido. Algo verosímil.
—Hay una frase que dice «Cansancio. Sudor. Miedo.
Tensión», reiterada a lo largo del relato y que se cierra
cuando al soldado le matan a su compañero, entonces se
le agrega la palabra «odio».
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