Page 356 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
respuesta negativa del periodista la muchacha exclamó
aliviada: «Ah, entonces no hay problema», agarró los pa-
quetes de macarrones que había arrojado al piso y salió
corriendo hacia la calle.
—¿Qué pasó por esos días con el lead, cuerpo y
cola? ¿Los periodistas, al redactar, parecieron olvidar la
famosa pirámide invertida?
—En realidad, desde hacía tiempo en El Nacional no
estaban exigiendo estrictamente esa fórmula para los re-
portajes o crónicas. Eso en situaciones normales. En el
caso del Caracazo, que era una situación inusual, explo-
siva, donde todos andábamos corriendo, tampoco fue una
norma de hierro a acatar.
—¿Los jefes de redacción no te recordaban el manual
de estilo?
—En ningún momento hubo presiones ni dogmas de
ese tipo en la relación que, en mi caso personal, tuve con
mis jefes en esos días.
—La cruenta y compleja realidad del 27-F, ¿podía
ser expresada a través de las pautas y patrones del perio-
dismo objetivo, convencional?
—Creo que las mismas circunstancias del estallido
social hicieron que fuera el género narrativo-descriptivo
el que se impusiera a la hora de reseñar los hechos en la
prensa, pues mucha gente se quedó en sus casas y teníamos
la competencia de las imágenes televisivas.
—¿A qué crees que literatos se dieron a escribir
cuentos, poemas y novelas sobre un hecho de actualidad,
cuando ellos prefieren distanciarse para mirar los acon-
tecimientos en perspectiva? En este caso, escribieron
«al calor de los hechos». ¿Por qué?
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