Page 323 - Fricción y realidad en el Caracazo
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Crónicas de la desesperación urbana
CALMA TENSA
armando josé sequera
Crónica
Entre las frases puestas de moda desde que a finales de
febrero pasado, los venezolanos rescindimos definitiva-
mente el contrato que nos presentaba ante el mundo y en
la comedia existencial como nuevos ricos, varias frases han
colmado nuestros labios: esto todavía está a precio viejo, me
lo llevo es una de ellas y es, por supuesto, el resabio del ‘ta
barato, dame dos que nos hizo famosos en todo el orbe.
¿Qué andas saqueando? sustituyó al ¿qué andas haciendo? de
antaño; aquí estamos, vivos al menos, o aquí, sobreviviendo
se conviertieron en las respuestas habituales al ¿qué tal,
cómo te fue? que, a su vez, se instauró en lugar del presente
¿qué tal, cómo te va? La descripción del ambiente cara-
queño como una calma tensa termina de mostrar nuestro
recientemente adquirido y, por lo tanto, aún desconcer-
tante (¿postconcertante?) vocabulario de náufragos.
Se habla de calma tensa porque en las últimas se-
manas y, sobre todo, después de la suspensión de garantías
ciudadanas, la máscara del mal humor o apatía que recu-
bría los rostros caraqueños de lunes a viernes y en horario
de oficina, ha mutado en una máscara donde el miedo y
la desconfianza se han hospedado. Si antes imperaba la
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