Page 254 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo


                  como Juan Ramón Jiménez para recordar su afirmación
                  según la cual quien escribe como se habla irá más lejos en
                  el porvenir que quien escribe como se escribe. O a José
                  María Valverde: «Al poeta solo le es lícito usar la palabra
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                  que le nace viva en la boca» .

                En los textos literarios analizados en este trabajo,
            guardando por supuesto respetable distancia con los cé-
            lebres nombres citados por Martínez Alberto, hallamos
            rasgos y elementos propios del quehacer periodístico. En
            primer lugar, el tema o contenido de dichos escritos reúne
            los atributos del hecho noticioso, esto es: actualidad, no-
            vedad, interés público y significación social. También
            están presentes, en los acontecimientos tratados, los fac-
            tores noticiosos de inmediatez, conflicto, relevancia. No es
            frecuente que los creadores literarios se ocupen de asuntos
            tan inmediatos, es decir, cercanos en su tiempo y espacio.
            Prefieren, por lo general, distanciarse del tiempo y «lugar
            de los hechos» para, desde la perspectiva que ofrece ese
            distanciamiento, captarlos y reconstruirlos literariamente.
            El Caracazo, sin embargo, los motivó a escribir cuentos,
            poemas o novelas, no tanto por lo actual o novedoso de
            aquellos sucesos sino por su interés público, significación
            social, relevancia y conflictividad. Se trató de un aconte-
            cimiento histórico trascendente, cruento, que decretó la
            quiebra de un modelo político y económico con cuarenta
            años de vigencia. Los escritores, pues, se vieron y sin-
            tieron conmovidos y estremecidos porque estaban, como
            ciudadanos, en el ojo del huracán. De inmediato qui-
            sieron atrapar aquella realidad endemoniada y exorcizarla


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               J. L. Martínez Alberto, ob. cit., p. 16
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