Page 173 - Fricción y realidad en el Caracazo
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earle herrera
como regionales) privilegió los géneros informativos en la
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cobertura del Caracazo . Esto no es criticable en un mo-
mento histórico, confuso y violento en el que los hechos
noticiosos se sucedían en tropel y sin pausa. Pero la gente
también buscaba orientación, explicación y la cara hu-
mana de todo aquello. Los acontecimientos y circunstan-
cias que envolvieron al propio Párraga lo llevaron a mirar
los hechos desde una perspectiva distinta, personal. Cual-
quier género puramente informativo le hubiera resultado
estrecho para escribir sobre la noche de terror.
Desde la llegada a Agua Salud me di cuenta de que
había dejado atrás la tensa pero tranquila Caracas y me
había adentrado, sin posibilidad de regreso, a un campo
de batalla feroz, aterradoramente real, con profusión de
disparos que «matan de verdad» y cadáveres tirados en
pasillos, aceras y estacionamientos .
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Narrar una experiencia de esta naturaleza no daba
tiempo para sacarle punta al lenguaje, darle vueltas a una
metáfora, extasiarse en el embellecimiento de la forma. El
miedo impone su ritmo al estilo y moldea la prosa. La ha-
bilidad y destreza del cronista están en plasmar en el len-
guaje escrito este sentimiento y transmitirlo a sus lectores.
La palabra miedo o sus expresiones más altas —pánico, te-
rror— recorren el texto, reiteradas, intermitentes, apenas
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Carolina Bosc de Oteiza, «El 27-F en la prensa nacional», en:
Revista Comunicación, n.º 70, 2.º trimestre, Centro Gumilla,
Caracas, 1990, p. 17.
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Régulo Párraga en VV. AA., El día que bajaron los cerros, Ateneo
de Caracas-El Nacional, 1989, p. 61.
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