Page 155 - Escritos de ayer y hoy

cada vez mayores y su miseria se hace más ostensible; y todo
en nombre de mejoras “futuras” que la mayoría de los venezo-
lanos no avizora por ningún lado.
Debemos enfrentar la corrupción, debemos poner al des-
cubierto su naturaleza y sus raíces, su condición de fuente de
financiamiento de la burocracia bipartidista y de enriqueci-
miento de capitales que se han beneficiado a la sombra del
pago de los favores recibidos del Estado. Pero sobre todo, hay
que enfrentar la naturaleza de la política que el Gobierno ade-
lanta –el famoso paquete de CAP–, que profundiza la política
económica antipopular de los dos gobiernos precedentes, en lo
esencial, del mismo signo.
Pero hay también quienes quieren preservar los aspectos
fundamentales de esa política económica –claramente contra-
ria a los intereses populares– en nombre de una democracia
decente, donde lo fundamental es la lucha contra la corrup-
ción. Reducir la crisis a este aspecto es limitarlo a un problema
exclusivamente ético –entre corruptos y decentes–, lo que ten-
dría lamentables consecuencias para las mayorías populares.
La rebelión del movimiento militar Bolivariano-200 agu-
dizó las contradicciones interburguesas, las existentes en las
FAN y propició la lucha por un cambio en las relaciones de
poder. Esta insurgencia militar tantas veces anunciada durante
1991 se produjo, finalmente, en la medianoche que daba inicio
al 4 de febrero.
Sus protagonistas justifican la rebelión denunciando, pre-
cisamente, el alto grado de corrupción existente en sectores
de la cúpula militar y en el conjunto de las instituciones fun-
damentales del sistema político, así como por la grave situa-
ción de pobreza creciente a que ha sido sometido el pueblo
venezolano con la aplicación del paquete económico neoliberal
y la pérdida de soberanía a la que ha conducido. De allí que
plantean “Defender este país con una democracia bolivariana

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