Page 151 - Escritos de ayer y hoy
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Este sistema de gobierno cuya preocupación real está en que
el pueblo no se organice para que no tenga voz propia, para que
sus derechos puedan ser conculcados y su libertad se restrinja,
ha sido firme en la no aplicación de la Constitución Nacional
y, sobre todo, en aniquilar toda posibilidad de toma de deci-
siones por parte del pueblo organizado. Un gobierno con estas
características y que ha estado definitivamente al servicio de
los grandes grupos económicos locales y extranjeros no puede
desarrollar la democracia.
Estos señalamientos nos permiten afirmar que en Venezuela
en los últimos 34 años no ha existido democracia, sino un sis-
tema de gobierno pretendidamente representativo. No pode-
mos aceptar que la existencia de un gobierno de la minoría
pueda siquiera ser una máscara de democracia; la democracia
debe ser un gobierno del pueblo, de las mayorías, por y para
el pueblo. No se trata de una frase sino de una realidad donde
todos los ciudadanos tengan instancias para organizarse y to-
mar decisiones, y de esta manera se entrenen en el arte de las
ciencias de gobernar de acuerdo con sus propios intereses.
Los dirigentes autócratas, burócratas maniobreros y ene-
migos de la organización y concientización del pueblo obvia-
mente no pueden construir una democracia; en primer lugar,
porque no son demócratas, y en segundo lugar, por su estricto
compromiso de subordinación y claudicación frente a las de-
mandas imperialistas.
Por otra parte, es evidente que un gobierno dependiente,
que subasta la soberanía nacional, no puede construir un sis-
tema democrático ni un modo de vida democrático, indepen-
diente, que defienda su identidad, su historia y su territorio.
En tal sentido, la democracia es antagónica a la dependencia, a
la claudicación y a la entrega de la soberanía.
La dirigencia de la claudicación, la entrega, el autoritarismo
y sin vocación democrática, no ha sido capaz de formular ideas,
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