Page 152 - Escritos de ayer y hoy
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tesis ni planteamientos para el desarrollo de una sociedad de-
            mocrática, sino que se ha limitado a reproducir y difundir el
            “modelo norteamericano”. Esa democracia no la queremos
            porque discrimina a los negros, a los latinos e indígenas; con-
            cibe a la mujer como mercancía y objeto sexual; destruye a la
            familia y convierte a los ancianos en despojos humanos. Una
            democracia drogadicta y corrupta no fue la que Bolívar soñó
            para  nuestros  países;  una  democracia  explotadora  para  los
            trabajadores y al servicio de la cúpula del capital es nuestra
            enemiga.  Una  democracia  al  servicio  de  las  transnacionales
            y la guerra contra los pueblos, que irrespeta la soberanía, no
            puede ser nuestro modelo. Rechazamos, así, al Gobierno de
            la “democracia” que invadió a Granada, México, El Salvador,
            Guatemala, Nicaragua, Panamá, Santo Domingo y Cuba.
               Estos gobiernos que surgieron del pacto de Puntofijo, lla-
            mado representativo, se encuentran desasistidos del pueblo, de
            la base de sus propios partidos y de un sector de las Fuerzas
            Armadas. Solo los grupos económicos que se han favorecido
            de dicho gobierno siguen sosteniendo el barco que se hunde.
               El derrumbe del gobierno de CAP es consecuencia del
            irrespeto de dicho Gobierno al pueblo venezolano. Tanto AD
            como Copei se han venido alternando como respuesta a las as-
            piraciones populares, pero han burlado, irrespetado y cancelado
            la esperanza popular. Dicha desesperanza ha ocurrido no solo
            en el plano interno, sino que también la política internacional
            se ha hipotecado y entregado a los intereses imperialistas. La
            entrega del territorio nacional, la situación frente al golfo de
            Venezuela, la política fronteriza y de concepción (caso de la
            isla de Cubagua), son solo muestras de estas inconsecuencias.
               La falta de credibilidad del sistema político se evidencia en
            todos los niveles de los poderes públicos. El poder legislativo,
            por ejemplo, no tiene la autoridad moral y política que le co-
            rresponde, pues muchos de sus miembros están incursos en

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