Page 94 - El Reportaje, el ensayo
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CAPÍTULO VII
DE UN GÉNERO A OTRO
Como los conocemos hoy, el ensayo precede al reportaje, aunque am-
bos tienen antecedentes que hunden sus raíces en tiempos lejanos.
Con los Essais de Montaigne, publica dos en 1580, tenemos un punto
de referencia inicial de este género en sentido moderno. El reportaje,
en cambio, es un género que modernamente se perfila como tal hacia
la segunda mitad del siglo XIX.
El ensayo encontró una vía más expedita para su evolución, menos
sometida a reglas y normas más allá del albedrío del escritor. La doc-
trina de la objetividad, en cambio, tiene mucho que ver en cuanto a la
lenta evolución del reportaje. Los postulados de la misma impedían
que este género alcanzara una mayor riqueza en forma y contenido. El
culto a los hechos y la presunción de que el periodista podía captarlos
y relatarlos tal cual suceden en la realidad fueron factores que reduje-
ron al reportaje “objetivo” a la simple descripción y narración de los
fenómenos. En cuanto a la forma –con las excepciones de rigor– ésta
estaba supeditada a la finalidad sensorial del periodismo “objetivo”; a
la búsqueda del impacto y la emoción.
Vistos en estos términos, resultaba poco menos que forzado re-
lacionar al reportaje con el ensayo, género éste de creación, análisis
e interpretación, en el cual la profundidad del contenido se conjuga
con la belleza formal. Más cerca del ensayo estaba el artículo, género
del periodismo de opinión que, ejecutado por destacados escritores y
pensadores, se convertía en verdadero ensayo breve. España tiene una
larga tradición en este sentido, cultivada también en Hispanoamérica.
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