Page 98 - El Reportaje, el ensayo
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capítulo vii
                                                            pq De un género a otro
               Si el estilo es el hombre, como lo resume la afortunada frase de
             Buffon, en el ensayo y en el reportaje –más en éste que en cualquier
             otro género periodístico–, la producción del autor llevará el sello de
             un estilo y de una personalidad, que será su originalidad.
               Sin embargo, en el ensayo el escritor encuentra menos barreras,
             más posibilidades de llevar el cultivo de la forma hasta metas más
             lejanas. Todavía, porque al periodista siempre se le exigen pruebas, el
             reportero debe detenerse para introducir la cita, la cifra, el argumento
             ajeno y, en consecuencia, debe andar con más cuidado y, en no pocos
             casos, someterse a las impertinencias de ciertos manuales de estilo. El
             periodista tiene que explicar, en forma sencilla, lo complejo; hacer in-
             teligible lo ininteligible. El ensayista puede eximirse de esa obligación,
             lo que no quiere decir que por ello vaya a caer en el hermetismo. La
             amenidad y la frescura son cualidades del ensayo. Y Lukács agrega la
             ironía y el humor.
               En cuanto a la estructura, también encontramos mayor flexibilidad
             en el ensayo. Depende de cómo el ensayista quiera iniciar y concluir
             su obra, si es que decide llegar a alguna conclusión. Puede ser un texto
             abierto o llevar implícita la conclusión en el desarrollo del tema, sin
             necesidad de enunciarla expresamente. Ortega y Gasset lo corrobora
             al definir el ensayo como “la ciencia, menos la prueba explícita” .
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               El lector del reportaje siempre espera un final, una conclusión y
             en este sentido podría considerársele menos participativo que el del
             ensayo, pero esto no es del todo cierto y nos lleva a un punto muy
             interesante, cual es la posición que, a la hora de escribir, establecen el
             periodista y el ensayista con su futuro lector. El primero se dirige a un
             público heterogéneo y parte de la idea de que su lector no conoce o
             conoce muy poco del problema sobre el cual se le va a informar. El se-
             gundo, en cambio, de acuerdo con el tema que trate y la forma en que lo
             haga, sabe o mentalmente ha escogido a su lector, quien generalmente
             conoce, le gusta el tema de su lectura y ha escogido no sólo el tema sino
             también al autor.



             2    José Ortega y Gasset. Meditaciones del Quijote. México, Aguilar Editor, S.A., 1976, p. 36.
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