Page 97 - El Reportaje, el ensayo
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El reportaje, el ensayo
qp Earle Herrera
No hay duda, el reportaje, en comparación con el ensayo, debe pa-
gar tributo a las exigencias de un lector que quiere pruebas y demos-
traciones. En este sentido el ensayista encuentra mayor libertad. Las
pruebas están en su raciocinio, en su intelecto, en su bagaje cultural.
En el periodista las pruebas están fuera de él, en el proceso de la vida,
de la realidad, pero hay un pero: esas pruebas pasan por él, se organi-
zan en su mente y luego las expone. En tal sentido, la subjetividad se
da en ambos casos y la frontera que se establece es sólo un problema
de métodos, de procedimientos, prefijados e incluso determinados
por la realidad que se estudia y enfoca, su acontecer en el tiempo, pro-
blemas que presenta para abordarlos, analizar los y darlos a conocer.
Coinciden también estos dos géneros en la brevedad y la amenidad de
la escritura. En el ensayo porque no está sometido a una estrecha riguro-
sidad y ningún ensayista, cuando escribe dentro de este género, se propo-
ne un tratado o un manual, sino desarrollar un tema de acuerdo con su
visión e interpretación personales, buscando siempre captar y no cansar
la atención del lector: no es su pretensión agotar el tema. El reportaje, no
porque lo establezcan los manuales, sino porque el periodismo en general
se guía por aquello de que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
Los textos demasiado largos espantan a los lectores y, finalmente,
el espacio del periódico impone un límite a la extensión. Esto no sig-
nifica, por supuesto, que no se elaboren reportajes y ensayos extensos
pero ello se da más por vía de excepción. Por lo demás, escribir breve
o largo, según Azorín, es una cuestión de práctica y costumbre. El
ensayista español cita a Blas Pascal, quien estampó esta frase al final
de una larga epístola: “He escrito esta carta tan larga, porque no he
tenido tiempo de hacerla más corta”.
Y es cierto. A veces escribir algo breve lleva más tiempo y ofre-
ce más dificultad que extenderse hasta el agotamiento del cuerpo y
las cuartillas.
Hablar de claridad y sencillez en uno y otro género resulta redun-
dante a estas alturas. Ambos, atendiendo a la búsqueda de lo estético,
son además categorías que persiguen transmitir un mensaje, estable-
cer un nivel de comunicación con el lector y exponer sin imponer.
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z colección warisata