Page 40 - El Reportaje, el ensayo
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capítulo ii
                                                   pq Géneros, generistas y genólogos
                  Que en verdad, si se exceptúa a la métrica, nada de común hay
               entre Homero y Empédocles; y por esto con justicia se llama poeta al
               primero, y fisiólogo más bien que poeta al segundo .
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               La forma externa engañó a muchos. La división más general de los
             géneros: prosa y verso, desde entonces evidenció su artificialidad. Más
             acá en el tiempo, los preceptistas dogmáticos hubiesen descalificado
             como poeta a Isidore Ducasse, el conde de Lautréamont, y como poe-
             sía sus Cantos de Maldoror, así como muchos de los textos de Rimbaud.
             En nuestro país igual suerte hubieran corrido escritores como José
             Antonio Ramos Sucre y el Rafael Cadenas de Los cuadernos del destierro.
             Pero a estos escritores tampoco se les hubiese considerado narradores,
             pues sus obras se resisten a entrar en las casillas tradicionales del cuen-
             to o la novela. Ánimas en pena serían, para los celosos guardianes del
             género, pese a la trascendencia de su obra creativa.
               Pero la artificialidad clasificatoria quedó demostrada no sólo en cuan-
             to a lenguaje en prosa y en verso. En categorías más específicas sucedió
             otro tanto cuando las formas literarias se fundieron y confundieron para
             desorientación de muchos. ¿Es ensayo o es novela el Facundo de Sar-
             miento? ¿Son cuentos o poemas los textos de Ramos Sucre? ¿Crónica
             de una muerte anunciada, de García Márquez, es realmente una crónica o
             es una novela? ¿Es periodismo o literatura el Nuevo Periodismo? ¿Esas
             viñetas de Así en la guerra como en la paz, de Cabrera Infante, qué dia-
             blo son? ¿Qué hacen esos titulares de periódicos en el Ulises de Joyce?
             ¿Cómo es que el novelista se volvió dramaturgo e incluyó una pieza
             teatral dentro de la novela? ¿Si la novela ha muerto, como afirma Tom
             Wolfe, por qué siguen apareciendo esos cadáveres? ¿Las Confidencias ima-
             ginarias de J. V. Gómez, de Ramón J. Velásquez, son periodismo, historia,
             literatura o un nuevo género llamado “confidencias imaginarias”? ¿Por
             qué muchos escritores, debajo del título de su obra, agregan la pala-
             bra novela, relatos, ensayos o reportajes? “No se pone más ‘novela’
             cuando son novelas, pero cuando no son novelas, se puede poner




             7   Aristóteles. Ob. cit., p. 104.
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