Page 104 - El Reportaje, el ensayo
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capítulo vii
pq De un género a otro
gistralmente lo que ha observado directamente, “en el lugar de los
hechos”. Pero penetra más allá de lo que ven sus ojos; capta lo real-
maravilloso de la región “en la grandiosa soledad de la Gran Sabana”.
Todo ese mundo de mito y realidad llama a la reflexión del periodista
y va a los orígenes en busca de explicaciones y respuestas y, así, hace
ensayo histórico para poder explicarse el mundo que está ante sus
ojos, donde la realidad es un reto a la imaginación porque no es todo
lo que está ante la vista. Porque se pierde en el tiempo.
Es cierto, escribir muchos reportajes no le da a alguien la categoría
de escritor. Pero tampoco se la da el publicar ensayos o poemas. El es-
critor está más allá de los géneros y de los medios de difusión que utilice
para expresar sus experiencias, observaciones o sentimientos. Escritor
no es quien escribe mucho, ni siquiera quien escribe gramatical mente
bien. Es quien asume la acción y la pasión, el compromiso y la concien-
cia de la escritura y busca y logra crear “un visible espacio espiritual y
verbal”. Y esto es posible en una gran novela como Cien años de soledad
y en un gran reportaje como La Marquesita de la Sierpe, de Gabriel Gar-
cía Márquez. En los poemas que cantan a la revolución de Maiakovski,
como en la Historia de la revolución rusa, de Leon Trotski y en el reportaje
Diez días que estremecieron al mundo, de John Reed.
En periodismo la descripción seca, impersonal, preten didamente
imparcial y objetiva, quedó para lo que algunos diarios y agencias no-
ticiosas denominan “informes”, elaborados por un anónimo equipo
de ilustres sabihondos o por un genio invisible, que al hacerlo innomi-
nado e innominable le da un extraño halo de infalibilidad a lo escrito.
Misterio respetable de análisis frío. Fetiche academicista, imposible de
discutir con el “equipo de expertos” porque el equipo es inubicable.
El reportaje es compromiso individual y profesional; compromiso
con lo que se dice y cómo se dice; obra de información y creación.
El buen reportaje es una vía de conocimiento y de disfrute estético
que busca satisfacer la necesidad de información y conocimiento de
los lectores y, al mismo tiempo, “atraparlo” con los recursos del estilo y
el lenguaje. Tales son las exigencias que debe cumplir todo buen repor-
taje para satisfacer en el lector los reclamos del intelecto y del espíritu,
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