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104 Ecosocialismo l Andrés Bansart
oficiales que permiten o encubren tales crímenes, a los organismos
internacionales como las instituciones de la Unión Europea. ¿No
existe la justicia cuando se trata de los intereses de los países pobres?
Se podría evitar la especulación y sus consecuencias fatales con
reglamentaciones nacionales e internacionales. Pero ni el Banco
Mundial, ni el FMI, ni los países ricos, ni tampoco las Naciones
Unidas y sus agencias como la misma FAO tienen la intención de
luchar contra las actuaciones de la especulación tan dañina como
las guerras. ¡Qué manden después sus misiones de observación
para controlar las elecciones u otras acciones de los países del Sur!
¡Qué sigan mandando sus ONG’s, su ayuda humanitaria y sus obras
caritativas! Lo que quiere el mundo, los países pobres del mundo,
los pobres de todos los países es justicia, nada más que justicia y
una economía equitativa.
Los excedentes de la Unión Europea y de Estados Unidos
son sistemáticamente utilizados para destruir el campesinado y
desestabilizar los países con su “libre mercado de alimentos”. Las
empresas europeas, norteamericanas, trasnacionales incentivan
a los productores agrícolas pequeños y medianos a abandonar la
producción de alimentos y cambiarse a los cultivos de “alto valor”
con fines de exportación hacia su “mercado global”.
Un hombre célebre y siniestro (más siniestro que célebre porque
rápidamente se le olvidará), Premio Nobel de la Paz (¿Qué paz?
¿Será la paz en los Mercados y la Bolsa?), este hombre siniestro dijo:
“Controlemos el petróleo y controlaremos las naciones; controlemos
la alimentación y controlaremos la población.” Le faltó hablar de las
armas (que también controló muy bien). ¡Premio Nobel de la Paz!
Todo el sector alimentario está dominado por unos grupos
agroalimentarios mundiales, los cuales controlan, entre otras cosas,
los mercados de cereales, los “intrants” agrícolas, las semillas y el
procesamiento de los alimentos. La gigantesca sociedad Cargill, con
más de 140 filiales, controla gran parte de este negocio planetario.
La empresa Monsanto, de la cual hemos hablado anteriormente,
forma parte de este monstruo del capitalismo.