Page 48 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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48 | Agroecologías insurgentes en Venezuela
a los agricultores caripiteños se les conoce como “cacaoteros”. Para
la mayor parte de los agricultores de la localidad, la principal actividad
productiva generadora de ingresos es la producción y comercialización de
las almendras de cacao del tipo convencional. Trabajan en familia, aunque
recientemente la población más joven ha emigrado a la ciudad, e incluso
del país, lo que ha generado la discusión sobre la sustentabilidad de estos
sistemas de producción sin una generación de relevo aprendiendo su
manejo. No obstante, los jóvenes observan que las actividades productivas,
más allá de la producción agrícola, y particularmente de cacao, es limitada,
como también ha estado limitado el crecimiento de las plantaciones, la
producción en general y la calidad de este, ya que se ha estado perdiendo
con el tiempo el pago diferenciado por calidad superior, hay solo la
exigencia de los compradores independientes para que se cumplan con los
requisitos mínimos de manejo del cacao.
Luis, como muchos otros productores, manifiesta su preocupación por
el futuro del cacao en la zona, que, si bien a nivel internacional la industria
de sus subproductos como el chocolate vive un buen momento, no
impacta de manera directa sobre su comunidad. Políticas erradas por parte
de los organismos gubernamentales para estimular la producción de este
sector, así como la crisis económica que no permite al consumidor regular
acceder con facilidad al chocolate y sus derivados, son elementos de una
realidad que se desarrolla en esta comunidad. Mas, las plantaciones no
están abandonadas, y rinden cosechas maravillosas de variedades de cacao
trinitario y forastero principalmente, con las que incluso a nivel artesanal
se consume en los hogares de estas familias campesinas chocolate en taza
y barras de chocolate de excelente calidad. Caripito sigue siendo un centro
referencial para la comercialización de chocolate bajo varias presentaciones
de uso industrial y doméstico, contando con un parque mínimo instalado
de empresas transformadoras de cacao para la venta al mayor y al detal.
Aunque Luis ha conseguido financiamiento gubernamental para renovar
sus plantaciones, menciona que la mayoría de los productores poseen
plantaciones muy viejas, lo cual incide directamente en la producción.
Una planta de cacao se considera vieja a partir de los 30 años, desde ese
momento su producción comienza a declinar, por lo que el productor
debe ir realizando renovaciones de las plantas viejas. Pero esta renovación
no siempre es realizada, en ciertos casos, por desconocimientos de tipo
técnico, en otras prevalece un sentido cultural de apego, lo que dificulta