Page 53 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
P. 53
Elementos agroambientales del oriente venezolano | 53
a darles cierto punto de maduración antes de su consumo o utilización
(Gumilla, 1993). Es extensa la información que ofrecen los cronistas
acerca de los alimentos de tradición indígena preparados a base de maíz,
y también sobre los procesos de elaboración, como las arepas o tortillas,
atoles y chichas, bebidas alcohólicas, o el consumo de sus granos tiernos
o maduros hervidos o asados. Muy pronto, entre los europeos, el maíz
sirvió de alimento a la manera de los indígenas, y también para crear y
recrear platillos de inspiración extracontinental, debieron adaptar su gusto
a las nuevas circunstancias e intentaron fórmulas de cocina acordes con su
tradición alimentaria a partir de las muy variadas opciones de confección
de comidas y bebidas, fermentadas o no, hechas del cereal americano
(Fuentes y Hernández, 2005) y que han llegado a nuestros tiempos como
parte del patrimonio gastronómico y nutricional venezolano. Así, desde
2013, las campesinas y los campesinos de la comunidad de Guanape han
venido rescatando la producción agroecológica de semillas de cereales, en
miras a volver a alcanzar la perdida independencia sobre la producción de
un maíz criollo, que había dejado de pertenecerles.
Caracterización: asentamiento campesino La Florida y el rescate
del maíz nativo
Campesinas y campesinos del asentamiento La Florida, en el extremo
noroeste de la Región Oriental, han innovado en materia de sistemas
de alimentación soberados a base de la biodiversidad y de modelos de
organización comunal enfocados a rescatar prácticas ancestrales que
sustentan la producción localizada y temporalizada de los productos
básicos de la dieta. Y el más básico para estas familias campesinas es el
maíz, como lo ha sido históricamente para la población indígena de las
riberas del Unare. Su producción en la zona venía disminuyendo debido a
una reducción en la superficie cultivada, consecuencia de básicamente dos
elementos principales: los escasez de lluvia y el acceso a las semillas. Las
semillas llegaban después que el invierno, o a precios económicamente
inaccesibles para la mayoría de las productoras y los productores.
Pablo Characo , maestro semillero, en nombre de la comunidad narra
2
con pasión cómo se organizaron para hacer del problema un reto y
2 Pablo Characo falleció en agosto de 2021, dejándonos un poderoso legado científico que
ha trascendido su comunidad, como semilla soberana que ahora abona toda la nación con
su proyecto “Sin maíz, no hay país”, que nos acerca a nuestros saberes ancestrales. En
honor a su memoria, consideramos que debemos recordarlo, parafraseando al Nobel de
Literatura Miguel Ángel Asturias, como “el Hombre de Maíz”.