Page 51 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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Elementos agroambientales del oriente venezolano | 51



          Subregión: depresión de Unare
             Corresponde a una extensa cuenca  de  forma aproximadamente
          circular, que recoge las aguas del río Unare y varios afluentes importantes
          y los conduce hacia el mar Caribe; atravesando el segmento que divide los
          tramos central y oriental de la cordillera de la Costa. Abarca el noroeste
          del estado Anzoátegui y el noreste del estado Guárico; y posee un suelo de
          referencia profundo (más de 100 cm), bien estructurado, bien drenado. Su
          textura es arcillosa que se agrieta fuertemente durante la estación seca. Su
          contenido de materia orgánica es bajo, y posee una capacidad moderada
          de retener nutrientes, por lo que se considera un suelo con moderada a
          baja aptitud para la agricultura, siendo más apropiado para las actividades
          pecuarias o forestales (Elizalde et al., 2007). El paisaje de colinas y valles
          del río Unare está fuertemente intervenido; en estos predominan las
          tierras con potencial agropecuario, bajo los tipos de ganadería con
          agricultura complementaria y agricultura de subsistencia y semicomercial.
          Las limitaciones para desarrollar un uso agrícola intensivo en los valles
          del Unare, en sus tramos medio y bajo, se debe a la textura pesada de los
          suelos, problemas de drenaje y a la moderada o baja disponibilidad de
          agua para riego.
             Las sequías causan serios  estragos en  el sector  agrícola venezolano,
          especialmente sobre los cereales cultivados en secano (arroz, maíz y sorgo),
          los cuales dependen de la ocurrencia de lluvias. Estos cultivos se siembran
          intensamente en las planicies de los estados Anzoátegui, Cojedes, Portuguesa
          y Guárico. Se ha señalado que, en algunos años, la producción de cereales ha
          disminuido hasta en 50 % debido, en parte, a las lluvias deficitarias. Ante este
          contexto, el análisis de recurrencia de años secos es pertinente en materia
          de planificación agrícola e hidrológica (Paredes et al., 2014). En la región
          predomina el tipo de clima de bosque seco tropical, registrándose
          precipitaciones crecientes en sentido noreste-sureste con valores de
          400  a 1400 mm, y no en vano cuenta con una cantidad importante de
          obras de aprovechamiento hidráulico representadas por varios embalses
          sobre la cuenca principal del río Unare: el Médano, el Cigarrón, el Guaical,
          el Pueblito, la Becerra, el Tamanaco y el Taparito, entre otras instalaciones
          menores (Calzadilla 2009), permitiendo una diversidad de modalidades de
          agroproducción, que comprenden desde las más tradicionales (agricultura
          vegetal, ganadería, y pesca) hasta la camaronicultura y acuicultura de peces
          en agua dulce. El manejo del agua sigue siendo un reto para la producción
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