Page 52 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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52 | Agroecologías insurgentes en Venezuela
local de alimentos, particularmente asociado a la necesidad de una amplia
red de riego que mejore el acceso al recurso. Sin embargo, se han descrito
otros problemas asociados a los sistema agroproductivos: el uso de
agroquímicos de extrema toxicidad especialmente insecticidas; freno
del crecimiento de la actividad agrícola por falta de preparación de la
generación de relevo que pueda hacerse cargo de la producción agrícola
—situación que ha sido generada por deterioro de las instalaciones, la
carencia de presupuestos y de gestión de las formas de funcionamiento
acordes a las exigencias del medio de las Escuelas Técnicas Agropecuarias
(Clarines, Aragua de Barcelona, Zaraza, El Socorro, San José de Guaribe,
Tucupido)—; mal estado de la vialidad existente y una actividad
agropecuaria extensiva y de baja productividad. Con un manejo de técnicas
agroecológicas y un sistema de riego adecuado, cabe la posibilidad de que
la producción agrícola y pecuaria llegue a satisfacer las necesidades de la
región y a generar excedentes que contribuyan al abastecimiento de otras
regiones del país, en rubros como carne, leche, cereales y oleaginosas,
los dos últimos resultan críticos en materia alimentaria para nuestro país
(Rodríguez y González, 2001).
Entre los cereales, particularmente el maíz, tiene un fuerte arraigo
histórico en esta subregión; ampliamente descritas en documentos
coloniales y a través de estudios arqueo-antropológicos están las cosechas
de maíz en la cuenca del Unare, los subproductos obtenidos de su cosecha,
y las variedades de maíz que la población autóctona utilizaba regularmente
en su dieta, medicina y rituales; particularmente aquella de granos rosados
denominado Cariaco (Fuentes y Hernández, 2005). Al parecer, el maíz
llegó al oriente por el contacto de las tribus locales con las del noroeste de
Venezuela hacia finales del último milenio a. de C., quienes ya practicaban
el cultivo de maíz en el piedemonte andino (Vargas-Arenas, 1979;
Sanoja, 1997), entre otros procesos locales de domesticación de plantas
endémicas. Para entonces, las cosechas de maíz cultivado requerían poder
contar con técnicas de conservación y almacenamiento de las mazorcas
para el consumo diferido. Uno de los procedimientos más comunes era el
ahumado de las mazorcas, mediante el cual se lograba reducir la humedad
natural de los granos y hacerlos más resistentes a los hongos y a las
plagas. Otra técnica existente entre los aborígenes del oriente venezolano
era la de enterrar durante días las mazorcas de maíz u otros frutos, en
cavidades que practicaban a la orilla de los ríos. Ello contribuía, al parecer,