Page 25 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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La agroecología en Venezuela, una historia por contar | 25
población, a través de la promoción de una agricultura sostenible. En
respuesta a este mandato popular, se ha llevado a cabo una variedad de
iniciativas patrocinadas por el Estado, bajo la bandera de “soberanía
alimentaria” (Domené-Painenao et al., 2015). Como también se desarrolló
uno de los aspectos claves en las políticas públicas: la economía popular y
la organización social. La creación, en septiembre de 2004, del Ministerio
del Poder Popular para la Economía Comunal permitió financiar formas
novedosas de organización popular asociadas a la economía productiva
desde las bases; luego de cinco años, daría paso al Ministerio de Comunas
y Movimientos Sociales. Sin embargo, es durante el año 2008 y en el marco
de las leyes habilitantes, que se genera un conjunto de instrumentos legales,
así como instituciones que permitieron reglamentar y fomentar actividades
relacionadas con el sistema agroalimentario nacional, como fueron la Ley
Orgánica de Seguridad y Soberanía Alimentaria, la Ley de Salud Agrícola
Integral y el Decreto-Ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía
Popular; y, posteriormente, en el 2015, el nacimiento del Ministerio del
Poder Popular para la Agricultura Urbana. En este mismo año se aprobó
la Ley de Semillas, instrumento legal que, de manera certera, regula un
elemento central en las tensiones entre modelos agroalimentarios; la
semilla deja de ser mercancía para el control político y se convierte en vida
y cultura, simultáneamente.
Uno de los pilares de estas propuestas es el protagonismo de las bases
sociales como eje fundacional del proyecto. Este se ha caracterizado
por la manera de hacer política “desde arriba”, considerando una
interlocución popular permanente, donde ha sido fundamental la
memoria histórica y la necesidad de integración, así como el reconocer
las demandas y experiencias de lucha en los territorios (Freitez, 2020).
Por ello, uno de los ejes de este proceso político se enfocó en valorar
y reconocer a los sujetos invisibles para la vida moderna, como los
campesinos, indígenas, pescadores, afrodescendientes y trabajadores
rurales sin tierra, entre otros, los cuales habían sido marginados bajo
políticas estatales pasadas. Así se organizan desde consejos sectoriales
(de agricultores, pescadores), los consejos comunales y comunas
con base territorial hasta movimientos sociales (Domené et al., 2015;
Herrera et al., 2017). Entretejiendo, de este modo, un interesante telar
de esfuerzos colectivos dirigidos por el Estado y la ciudadanía para
ampliar las posibilidades de otro sistema agroalimentario.