Page 197 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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Agricultura urbana en Venezuela | 197
usurarios y les compraban sus cosechas a precios por debajo del
mercado” (p. 121).
Además de esta situación, “la ausencia de un sistema organizado de
vías de comunicación terrestres, mantenía en aislamiento a las poblaciones
de las diversas regiones del país, dificultando sensiblemente la circulación
de mercancías, particularmente la distribución y el consumo de los
alimentos” (Sanoja, 2011, p. 317).
Todo lo anterior trajo como consecuencia que, como señala Morales (2009),
el abastecimiento agroalimentario en Venezuela se caracterice por haberse
estructurado en función del consumo de la población concentrada en
los principales centros urbanos, quedando determinado en gran medida
por una “progresiva vinculación del sector agroalimentario venezolano al
sistema agroalimentario configurado a escala internacional” (p. 128).
De esta manera, en el país se generó un alto grado de dependencia de
las importaciones de materias primas para su procesamiento agroindustrial,
una dinámica que, aunada al consumo alimentario de la alta densidad
de la población concentrada en las ciudades y el patrón internacional
de abastecimiento, definió la configuración del sistema agroalimentario
venezolano, la estructura de producción agrícola, la agroindustria, las
formas de organización de abastecimiento y el consumo (Morales, 2009).
Así la geometría del poder de la clase dominante, asentada en los
espacios urbanos y proyectada hasta nuestros días, propició una desigualdad
social que se potenció, a partir de las primeras décadas del siglo XX, por la
explotación petrolera, la cual trajo como expresión el rentismo petrolero
acompañado de la llamada “cultura del petróleo” (Vargas y Sanoja, 2015).
Este rentismo petrolero, incrementado en la década de 1970, potenció
el aumento del nivel de importaciones de alimentos lo cual, según
Morales (2009), trajo como consecuencia una significativa contracción de
la producción agrícola del país.
De esta forma, como señala Quintero (2014), el predominio de la
cultura del petróleo tuvo y tiene además mucho que ver con la organización
de nuestra sociedad, en tanto que los sistemas de poder (nacional e
internacional) “le comunican fuerza y estabilidad”. Este autor plantea al
respecto, que la génesis de lo que llama “la ciudad petróleo”, para referirse
a las aldeas adyacentes a los campos petroleros que se transformaron en
ciudades y que crecieron como producto de actividades urbanísticas de