Page 113 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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Reterritorialización de los cumbes ancestrales  | 113



                números. A las nueve de la noche, se tocará la campana para que
                todos los esclavos se vayan a dormir. Los mandadores harán rondas
                todas las noches. (Arcila Farías, 1968, pp. 554-555).


             Se trataba de un sistema carcelario físico y espiritual, donde las y los
          esclavizados aún no  poseían el nombre  católico; le habían  borrado  sus
          nombres africanos y, como dice ese documento, “… se pasará a todos por
          sus números”; es decir: eran un número.
             Ante este sistema de explotación surgió el cimarronaje, como todo
          un sistema del ser humano africano oprimido en busca de su libertad.
          El cimarronaje en nuestra historia  fue la respuesta frontal colectiva —o
          individual— para oponerse a cualquier forma de dominación. A partir de
          ese cimarronaje frontal, violento, en la mayoría de los casos, y jurídico,
          en otros casos, las personas africanas y sus descendientes construyeron
          espacios liberados autosostenibles y autosustentables, llamados cumbes, en
          Venezuela; quilombos, en Brasil; y palenques, en Cuba y Colombia.
             Esos cumbes o espacios liberados, desde el siglo XVI al siglo XIX,
          hay que verlos bajo una propuesta humanitaria que puso a prueba no solo
          la insurrección contra los mecanismos del explotador y la violencia que
          generaba el sistema esclavista, sino que creó todo un sistema social y de
          supervivencia, donde la persona africana y sus descendientes recuperaron
          su memoria y sus conocimientos (afroepistemología), adaptándolos a las
          nuevas condiciones que les tocó vivir.
             Varios cumbes existieron desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, en
          el territorio  venezolano.  El primer  cumbe  conocido en la historia  de
          Venezuela fue el que levantó el Negro Miguel, africano esclavizado en
          Puerto Rico que, luego, fue traslado al territorio de Buria (hoy municipio
          Simón Planas, estado Lara) para la explotación de las minas de oro. Ante
          la explotación del primer proyecto minero extractivo en la zona occidental
          del país, el Negro  Miguel,  en compañía  de los aborígenes  jiraharas, se
          levantaría contra la explotación  a que eran sometidos para extraer oro.
          Miguel  se  levantó en 1552  y, en diciembre  de  1553,  después  de  haber
          tomado a Barquisimeto y enfrentarse a las tropas coloniales españolas,
          cayó en combate.
             El cronista Fray Aguado escribió en sus crónicas coloniales que,
          durante el levantamiento contra los españoles, Miguel fue seguido
          por  indígenas  y  como  por  ochenta  esclavizados,  y  se  proclamó  rey,
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