Page 12 - Afrovenezolanidad e inclusión en el proceso bolivariano
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CAPÍTULO I
aborígenes. B) El segundo elemento es LA MISERIA HUMANA por
parte de los “cristianos que cayeron del cielo” los cuales en el fondo
eran unas bestias salvajes, sin ningún tipo de sentimiento y solo
tenían el afán de encontrar oro y esclavizar a los aborígenes.
Dos modelos de concebir lo HUMANO allí se expresaron.
El modelo miserable que vino del “cielo” se expresó en el sádico
proceso de destrucción de la comunidad aborigen en nombre del
cristianismo: violación, infanticidio, torturas, saqueos y cualquier
tipo de aberración humana que se iría produciendo en todo el conti-
nente y Tierra Firme. Sin embargo, en esa misma cita podemos
observar cómo los aborígenes comenzaron a crear sus mecanismos
de defensa; es decir, a delinear un proceso de cultura de resistencia
con dos actitudes: la confrontación en desigualdad de condiciones
bélicas contra el enemigo, o simplemente huyendo hacia los montes,
a los bosques y a la selva ante el calvario infernal impuesto por
los colonizadores. Allí comenzaría un largo proceso de resistencia
contra la primera globalización sangrienta en este continente.
Fue el mismo Fray Bartolomé quien, haciendo esta denuncia,
hizo una proposición a los reyes de España con la finalidad de
evitar el exterminio definitivo de los pueblos aborígenes, de traer
“negros de África” para suplantar a los aborígenes en los trabajos
del “Nuevo Mundo”. Sin proponérselo iría a provocar uno de los
más terribles crímenes de Lesa Humanidad: la trata negrera.
Este compulsivo despoblamiento de las Américas, y con la
urgente necesidad de consolidar el capitalismo mercantil, produjo
que la empresa civilizatoria occidental buscara repoblar los nuevos
territorios para incorporar al desarrollo capitalista mundial esta
parte del mundo. Esto, porque ante una población indígena exter-
minada y ante una escasez de recursos humanos para el trabajo de
las tierras, minas y construcción de pueblos se planteaba la nece-
sidad de conseguir hombres, mujeres, niños y niñas para lograr
esos objetivos económicos.
Es así entonces como Occidente mira hacia al otro lado del Atlán-
tico y muy concretamente a África y sobre todo África subsahariana,
sobre la cual ya tenía información: sabía que sus habitantes tenían
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