Page 46 - Carabobo Bajo Palabra
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46 earle Herrera



             en la poesía de Vicente Gerbasi dicen que lo vieron «pasar a caballo bajo
             arcoíris de los llanos». Y es, otra vez, fábula y fabulación.
                Entre esos invencioneros de distintas regiones del país, el poeta y
             fotógrafo Enrique Hernández D’Jesús se dedicó a buscar el Bolívar
             profundo que respira en el alma del pueblo. Grabó sus voces, fotogra-

             fió sus rostros. En varios de ellos y ellas afloró Carabobo, la sabana del
             combate, el campo donde quedaron merodeando los espíritus de los
             vencidos y los vencedores, el alma de los caídos, las ánimas en pena
             que se niegan a abandonar la tierra abonada con sangre en la que la
             brisa mece los gritos y los ayes que la historia y la academia no apagan.
             ¿Quiénes son estos hombres y mujeres?: cuentacuentos, santeros, arte-
             sanos, pulperos, yerbateros, muñequeras, pintores, talladores.

                Sobre el libro de Hernández D’Jesús, titulado Bolívar: fábula de los
             fabuladores, escribe el también poeta y ensayista Luis Alberto Crespo:
                 Basta con detenerse a escuchar a un contador de leyendas y mitos,
                 en la ciudad, en el villorrio, por la calle, por los caminos, no im-
                 porta cuándo, aun cuando se diera a referir un testimonio fugaz,
                 vano, para que surja, de pronto, alguna anécdota de Bolívar, en la
                 que dase el juntamiento de la fidelidad biográfica y la libre fanta-
                 sía. Basta con fijar nuestra atención en la obra del artista popular,
                 bajo el ventorrillo o en el taller en donde divulga sus creaciones
                 de corazón de cedro, raíz de ceiba, rama de alcornoque o sus cria-
                 turas de arcilla y piedra, sus pinturas de color vivo y motivos de
                 inocencia y ternura, para que descubramos entre sus «modelos»
                 aquel a quien el verso de Arvelo Torrealba avizora en el horizonte
                 y en la memoria: «por aquí pasó, compadre», entre caseríos de
                 niebla o de mediodía, hondonadas y cimas… .
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             [27]_ Luis Alberto Crespo, en Enrique Hernández D’Jesús, Bolívar: fábula de los
             fabuladores, Consejo Nacional Electoral, Centro de Publicaciones del Instituto de
             Altos Estudios del Poder Electoral, Caracas, 2011, p. 10.
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