Page 34 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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De tal modo que el camino no era a Cúcuta sino a las llanuras del
Casanare. El 11 de junio se reúne Bolívar con Santander con el pro-
pósito de darle la coordinación al neogranadino de las acciones próxi-
mas —teniendo el Libertador la última palabra secundado por Carlos
Soublette, ahora jefe del Estado Mayor— como gran conocedor del
terreno y de indiscutible ascendencia entre sus paisanos. Hablamos de
3.000 efectivos, aproximadamente, que se enfrentaban a la naturaleza
hostil: vastas corrientes de agua, pantanos profundos, precipitaciones
tempestuosas, aglomeraciones de mosquitos que atacaban a improvi-
sados soldados, algunos con guayucos. “Nieblas bajas y lluvia torrencial
mantenían ante el ejército permanentemente, un panorama triste y gris,
un horizonte impenetrable y oscuro, como lo era el futuro de la difícil
empresa en que estaba comprometido” . Una semana de marcha con
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agua a las cinturas, un grupo de desguarecidos que se dirigían a pueblos
dispersos es más que ilustrativo de lo fiero del paisaje. Lo calamitoso
siempre era cruzar los ríos para trasladar pertrechos y tropas sin contar
con las canoas necesarias. Empero, Bolívar bregaba como uno más, con
sus subalternos:
En su marcha desde Venezuela hasta Nueva Granada, el ejérci-
to cruzó el Arauca, Lipa, Ele, Cravo del Norte, Tame, Casanare,
Aroporo, Nuchia, diez ríos navegables, además de arroyos, pan-
tanos y lagos. Muchas mulas y caballos se ahogaron; la mitad del
ganado se había perdido ya. Bolívar hizo lo posible para hallar
remedios, pero no tenía ingenieros ni herramientas. Además,
cualquier pérdida de material era preferible a una pérdida de
tiempo. Hubo muchos días en los que las tropas no tenían nada
para comer, pero la frugalidad de los llaneros les ayudó a resistir
todas las vicisitudes .
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[10]_ Liévano, op. cit., p. 253.
[11]_ Masur, op. cit., p. 313.