Page 37 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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               El paso de Casanare por entre sabanas cubiertas de agua, y
             el de aquella parte de los Andes, que quedaba detrás, aunque
             escabroso y pendiente, era en todos sentidos preferible al cami-
             no que iba a atravesar el ejército. En muchos puntos estaba el
             tránsito obstruido completamente por inmensas rocas y árboles
             caídos, y por desmedros causados por las constantes lluvias que
             hacían peligroso y deleznable el piso. Los soldados que habían
             recibido raciones de carne y arracache para cuatro días, las arro-
             jaban y solo se cuidaban de su fusil, como eran más que suficien-
             tes las dificultades que se les presentaban para el ascenso, aun
             yendo libre de embarazo alguno. Los pocos caballos que habían
             sobrevivido perecieron en esta jornada. Tarde de la noche llegó
             el ejército al pie del páramo de Pisba y acampó allí; noche ho-
             rrible aquella pues fue imposible mantener lumbre por no haber
             en el contorno habitaciones de ninguna especie y porque la llo-
             vizna constante acompañada de granizo y de un viento helado y
             perenne, apegada las fogatas que se intentaba hacer al raso, tan
             pronto como se encendían. Como las tropas estaban casi desnu-
             das y la mayor parte de ellas eran naturales de los ardientes lla-
             nos de Venezuela, es más fácil concebir que describir sus crueles
             padecimientos. Al siguiente día franquearon el páramo mismo,
             lúgubre e inhospitalario desierto, desprovisto de toda vegeta-
             ción a causa de su altura. El efecto del aire frío y penetrante fue
             fatal en aquel día para muchos soldados; en la marcha caían
             repentinamente enfermos muchos de ellos y a los pocos minutos
             expiraban. La flagelación se empleó con buen éxito en algunos
             casos para reanimar a los emparamados y así logró salvarse a un
             coronel de caballería .
                                13
            Para sumarle un componente más desgarrador a su discurso y resaltar
          el rol protagónico de la mujer en el contexto de la jornada libertadora,
          agrega este testigo de excepción:


          [13]_ Idem.
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