Page 41 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
P. 41

De AngosturA A ColombiA 39



          historia de Nuestra América. El Pantano de Vargas fue fundamental
          para elevar la moral de las tropas disminuida por las asperezas del clima;
          además, permitió la avanzada republicana hasta la zona de Tunja el 4
          de agosto siguiente. Asimismo, en Boyacá cada uno de los bandos, por
          el desenvolvimiento de la guerra, tenía un propósito claro: los realistas
          buscaban desesperadamente apoderarse de Santa Fe, y la contraparte,

          impedir que se alcanzara tan peligrosa misión. Simón Bolívar, por su
          lado, lideraba más de 2.800 soldados conformados por criollos, mula-
          tos, mestizos, zambos, indígenas y negros; con el general Francisco de
          Paula Santander y el general José Antonio Anzoátegui, en la vanguardia
          y retaguardia, respectivamente. Pese a la dificultad de la querella, las

          fuerzas independentistas gozaban de dos grandes ventajas: unidad de
          mando y efectividad comunicativa, mientras que los realistas estaban
          desarticulados por el río Teatino y la vanguardia patriótica.
            En este marco, los tres estudiosos le dan preponderancia nuevamente
          a la figura de Juan José Rondón, quien había despuntado en la Batalla

          de Las Queseras del Medio como ya hemos referido; a la vez del “sim-
          pático” James Rooke.
            Sobre Juan José Rondón Liévano afirma:

               [En la Batalla de Pantano de Vargas] Sin otra alternativa, el
             Libertador lanzó sus tropas al asalto de las posiciones enemi-
             gas, que le recibieron con nutrido fuego de fusilería mientras
             los mejores regimientos españoles, al mando de Tolrá, en há-
             bil movimiento de flanqueo, encerraba al ejército patriota en
             el vallecito de Vargas. “Nuestro ejército casi envuelto —dice el
             boletín— sufría un fuego horroroso por todas partes”. En este
             momento  dramático  y cuando  todo parecía  perdido,  Bolívar
             con una intuición, fruto tardío del desesperado convencimiento
             de su propia derrota, le gritó al coronel venezolano Juan José
             Rondón, jefe de la caballería llanera: “Coronel, salve usted la
   36   37   38   39   40   41   42   43   44   45   46