Page 44 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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42 AlexAnder Torres IrIArTe
Epílogo
Es ciertamente revelador y gratificante observar cómo en plumas de
reputados historiadores —Augusto Mijares, Indalecio Liévano Agui-
rre y Gerhard Masur— la conjunción de pueblos y líderes decididos
a toda costa de regir sin injerencias extrañas su propio futuro es una
fórmula infalible.
Muchas son las enseñanzas cuando de determinación se trata. De-
masiada la moraleja que nos insufla un orgullo constructivo en un
momento en el cual nuestro país es atacado por intereses bastardos.
Recordemos que la Independencia fue causa común para venezolanos
y neogranadinos. El retumbante llamado del Libertador en la Batalla
del Pantano de Vargas: “Salve usted la Patria”, es un principio al que
no debemos renunciar. Tengamos en cuenta que lo más resaltante de la
Batalla de Boyacá es que esta marca el inicio de la liberación del norte
de Suramérica, que conjuntamente con los éxitos en las batallas de Ca-
rabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho, va configurando una geopolítica
de la emancipación nuestroamericana para beneplácitos de todos.
Estar “hartos” del Libertador trasluce un criticismo infructuoso que
ha devenido en un pretendido entierro del carácter movilizador, digni-
ficador y popular de un símbolo potente y necesario. Poner en el verbo
de una triada magnífica de historiadores la excelsa faena que va desde la
instalación del Congreso en Angostura hasta la conformación de la Re-
pública de Colombia auxilia para comprensión de lo que resistimos ac-
tualmente los venezolanos; pues examinar 1819, mutatis mutandi, nos
proporciona un encantamiento épico bolivariano, que es pábulo intelec-
tual y emocional para el duro trance que sufre la República en tan cele-
brado bicentenario. Huelgan los que restringen las hazañas de nuestros
héroes a “juegos de carritos” ante numerosos ejércitos extranjeros. A
ellos les decimos como Masur: “Ese año de 1819 libró a un hemisferio