Page 135 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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             Colombia. El ejército Libertador no ha dejado á su espalda un
             pueblo que no se halle bajo la de la Constitución y de las armas
             de la República. Solo vosotros os veíais reducidos á la situación
             más falsa, más ambigua, más absurda, para la política como para
             la guerra. Vuestra posición era un fenómeno, que estaba amena-
             zando la anarquía; pero yo he venido, guayaquileños, á traeros
             el arca de la salvación. Colombia os ofrece por mi boca, justicia
             y orden, paz y gloria.
               ¡Guayaquileños! Vosotros sóis colombianos de corazón, por-
             que todos vuestros votos y vuestros clamores han sido por Co-
             lombia, y porque de tiempo inmemorial habéis pertenecido al
             territorio que hoy tiene la dicha de llevar el nombre del padre
             del nuevo mundo; mas yo quiero consultaros, para que no se
             diga que hay un colombiano que no ame su patria y leyes. (Bo-
             lívar, 1842, p. 38).


            El Bolívar de esta proclama, a tres años difíciles de la existencia de la
          República de Colombia, no se anda con vueltas. Se asume como el bra-
          zo ejecutor de las decisiones del Congreso, arca de salvación y vocero de
          la República, para ofrecer justicia, orden, paz y gloria. Todo en aras de
          consolidar el sueño de la República. Bajo esa misma orientación, Bolí-
          var recibió en Guayaquil a José de San Martín, para afinar las estrategias
          y acuerdos en pro de la consolidación de la independencia de América.

            Quizás, de los últimos movimientos tempranos propinados a la esta-
          bilidad de la República de Colombia, estuvo el levantamiento indepen-
          dentista ocurrido en la provincia de Pasto en diciembre de 1822, final-
          mente sofocado por Antonio José de Sucre. Recuerda O’Leary (1883):

               … en horrible matanza que siguió, soldados y paisanos,
             hombres y mujeres, fueron promiscuamente sacrificados y
             se entregaron los republicanos a un saqueo por tres días, y a
             asesinatos de indefensos, robos y otros desmanes; hasta el ex-
             tremo de destruir, como bárbaros al fin, los libros públicos y
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