Page 20 - Bolívar como político y reformador social
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Colección
                                                            Herederos de Bolívar



       proyecto, hasta el punto de que habiendo reunido en el pueblo de Cariaco a
       los que se consideraron más llamados a formar la asamblea que debía organi-
       zar el gobierno –apenas en número de once– renunció en su nombre y en el
       de Bolívar la autoridad que se les había conferido en Los Cayos. Y ya dentro
       de ese desorbitado proceder, el Congresillo nombró para ejercer el Poder
       Ejecutivo a tres personas: en primer término a Fernando del Toro, inválido
       desde 1811 y refugiado desde entonces en Trinidad; en segundo lugar al ciu-
       dadano Francisco Xavier Mayz, y como tercer miembro a Bolívar, que para
       nada había figurado en el asunto. Mariño fue reconocido, naturalmente, co-
       mandante en jefe del Ejército; y como se señaló para capital de la República
       la ciudad de La Asunción, en la isla, y allí debían permanecer los elegidos para
       el Triunvirato Ejecutivo, Bolívar hubiera quedado recluido allí, esperando go-
       bernar un mes de cada tres…
          Para juzgar hasta qué punto era descabellado ese plan, baste decir que en
       aquellos momentos casi todo el territorio de Venezuela estaba ocupado por
       los realistas, de tal manera que los patriotas no tuvieron una sola ciudad de
       cierta importancia donde reunir aquella ostentosa Asamblea Constituyente.
          Pero cuando Bolívar convocó el Congreso de Angostura, y a pesar de que
       casi simultáneamente iba a obtener, sin interrupción, los triunfos deslum-
       brantes que le permitieron llevar las banderas republicanas desde el Orinoco
       hasta el Potosí, no por eso cejó aquella oposición legalista, muy respetable,
       repito, pero detrás de la cual se movían no pocas veces las asechanzas de los
       caudillos rivales.
          Obsérvese en primer término que cuando Bolívar presenta ante aquel
       Congreso su célebre Mensaje y los proyectos constitucionales que había
       concebido, él mismo considera que está vigente la Constitución de 1811; y
       por eso habla en presente cuando dice: “Nuestro triunvirato carece, por de-
       cirlo así, de unidad, de continuación y de responsabilidad individual”.
          Es una particularidad que los historiadores han pasado por alto y que me
       parece muy significativa. Porque indica que, íntimamente, el Libertador com-
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