Page 49 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
P. 49
ciones que tienen que ver con la defensa e intereses de clase, o con
el materialismo en general, las luchas para salir de la pobreza, contra
la desigualdad, sino muchas veces enfocando todos sus dardos en
lo que los anglosajones llaman la identity politics, la política de las
identidades. La izquierda hoy sin las identidades sería una izquierda
muy materialista, muy poco contemporánea, perdida un poco en el
socialismo clásico.
En buena hora que hoy no se hable sólo de las clases sociales. Ahí
hizo un gran trabajo en el siglo xx el movimiento feminista, que ha
sido muy importante para revolucionar la izquierda, y también noso-
tros con un alto componente indígena. Ahora vemos todo el tema de
los LGBT, eso es fundamental, eso enriquece a la izquierda. Pero no
puede ser eso solamente: si le quitamos el elemento estructural, de
clase, si le quitamos la lucha en contra de las grandes inequidades
del capitalismo, entonces ya no somos realmente de izquierda.
La Revolución Ciudadana fue anticorporativista. Fue un movimien-
to político que buscó descorporativizar a la sociedad, de hecho por
eso se llama Revolución Ciudadana. Hay una relación directa con
el elector, con la ciudadanía, y eso es positivo, porque teníamos
corporaciones para todo: los banqueros eran quienes regulaban la
banca, los rectores universitarios quienes regulaban la universidad;
los exportadores quienes tomaban las decisiones del comercio ex-
terior. Eso evidentemente significaba un corporativismo, una suerte
de grupos fácticos de intereses privados que impedían de alguna
manera que surgiera lo público, que el Estado pudiera jugar su rol
de lo que yo llamaría la autonomía relativa del Estado frente a los
intereses fácticos. Ahora, quizás en ese tema de descorporativizar no
discriminamos lo suficiente entre descorporativizar con la oligarquía
y descorporativizar con los movimientos sociales. En eso creo que
se pudo haber hecho más para asegurarnos un acompañamiento de
los partidos, de los movimientos sociales. En ese sentido, por ejem-
plo, Bolivia es una realidad muy diferente. Cada país, cada proyecto
progresista ha sido muy diferente. Eso en cuanto a autocrítica.
Usted menciona la necesidad de alterar el patrón de acumulación.
Respecto a eso hay algo que es muy criticado por diversos secto-
res, en Ecuador y también en América Latina en general, que es el
extractivismo. Por ejemplo, el señalamiento de que su gobierno
ha priorizado acuerdos con multinacionales extractivistas aun a
costa de entrar en contradicción con territorios de los pueblos in-
dígenas. ¿Cree que hay algo de legitimidad en esos reclamos o los
enmarca en lo que denominó la lucha contra los corporativismos?
49